Suena trivial
juego de palabras hablando del cabecilla del chavismo venezolano, agrupación
que encierra oprobio y ni pizca de ideología y menos de historia. El mayor
deseo del comandantico Hugo era perdurar; hasta momia quiso ser, pero el tiempo
es infiel y de su “bolivarianismo” no quedó nada. Mucho, sí, en términos
monetarios para la fértil y repugnante izquierda. Hoy su hijastro político,
Nicolás Maduro, es títere entre dos narcos: su mujer y Diosdado Cabello.
Callejón sin salida.
¿Cómo se puede
siquiera pensar que el PSUV cederá sus posiciones (posesiones) ante la
irrefutable derrota ante las urnas? Para Cabello sería entregarse a los gringos
a una cadena perpetua, no menos. Para la otra, que parece muñeca china, lo
mismo. Ya lo dice el mandamás remedando al mandón: que si pierden se tirarán a
las calles y gobernarán con la ayuda militar. Lo harán. Y posiblemente un
temeroso Obama no levante la voz. Por ese lado, no hay que contar. Al menos
parece.
El derecho a
defenderse vale por cualquier medio. La protesta y la oposición pacífica tienen
su mérito pero hay un aura de tragedia en esperar por turno con el carnicero.
Las cosas se han dado de tal modo en Venezuela que no se puede salir sin
muertos. Y en cuanto a entierros, siempre cae mejor el de rivales que el
propio. Habrá, supongo, conversación profunda al respecto entre los opositores.
No dudo de la desventaja en armamento estando el ejército cooptado por el
crimen, pero las revoluciones no las hacen los soldados sino la masa
escalofriante de los exhaustos. Con ella hay que contar, la misma que arrasó
París en su tiempo, o Moscú, los desharrapados que no tienen miedo a perder
porque carecen de todo. Semeja un exabrupto, la masa combatiendo por la
derecha, sin serlo. De los resultados se verá. Viene el momento.
Quizá la gran
lección que necesita América Latina es esta, tajante como lo fue la irania en
su tiempo, al principio. El populismo tendría que sepultarse en este lustro, ya
no década, y mejor cuanto antes. Los delirios de la chusma infame, de 2035,
reelección indefinida, monarquías, dinastías, tienen que bañarse en fuego. Las
venas abiertas se refieren a eso y no al tonto manual de Galeano que sucumbe
ante un poco de rasguño. A Venezuela le tocó ser el cordero del sacrificio; no
es la primera vez. Si viene, que venga, que para ello están los que se alzaron
en el llano contra España.
Y hay que barrer,
no decorar. Exterminar, no podar. Si bien el humano es reacio al aprendizaje,
al menos se habrá dado un descanso. Los ladrones, corruptos, asesinos, los que
se llenan la boca de pueblo y los bolsillos de oro merecen morir, así de
simple. No tiene que haber perdón hasta cierto grado subalterno, donde parezca
que los actores carecieron de poder de decisión. Pero, arriba, tabula rasa, sin
distinción de género, de “hermanos” y “hermanas”. Quizá al fin lo comprendan
los pueblos esclavos y se liberen del peor síndrome que nos dejó el poder:
colonia, imperio, gobiernos, el síndrome del pongo, tan enraizado en los Andes.
Menos de una
semana para la hecatombe del chavismo. El aire no trae responso sino cólera,
pólvora más que esperanza. El blanco del poder y sus cañones está en la
muchedumbre cansada y hambrienta. Tal vez, ya que no se cuenta con paridad de
fuego, se debiera concentrar en blancos selectos. Pero son elucubraciones de
alguien contento en contemplar cómo se hunden los peores. Habrá que esperar,
con votos, por supuesto, de estar equivocados. Pero no tanto…
30/11/15
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 01/12/2015
que se caiga pero yá
ReplyDeleteSiguiendo el símil futbolístico, match de difícil pronóstico tenemos. Maduro por todos lados está acorralado. Optar por la vía violenta, desconociendo los resultados o sacar al ejército mediante un estado de sitio o algo parecido lo convertiría en dictador de facto finalmente a los ojos de la comunidad internacional; en tales condiciones el régimen quedaría aislado y sanciones mediante se terminaría de derrumbar. Así que lo que le queda es minimizar la derrota (las encuestas son tan contundentes que con fraude y todo va a perder la elección) digitando a sus títeres del órgano electoral para que la repartición de los escaños le favorezca ampliamente y procurar que la victoria opositora sea pírrica. La prohibición a observadores extranjeros salvo a los compinches de la Unasur, da una idea de que se está cocinando el proceso fraudulento. Los ojos del mundo están puestos sobre Venezuela más que nunca. Parece una final mundialista. Ojalá que las franelas rojitas no conviertan la jornada en un baño de sangre. Pero con tantos orates sueltos todo puede suceder. Saludos.
ReplyDeleteEs la amenaza. Lo ideal es que se les volcara la tortilla y de victimarios pasen a víctimas. Con estos gobiernos nuestros, personalmente he perdido cualquier viso de piedad. Ha sido tan intenso y extenso el crimen que igual debe ser el castigo. No hay discusión democrática. Quizá después, sobre sus huesos. Saludos.
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