Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Cristina Fernández
de Kirchner se despide de “su” pueblo, horas antes de ser prácticamente echada
del mando por creerse estrella rutilante. Tiene un invitado: Evo Morales, al
que se dirige de cuando en cuando en medio de su quebrado discurso. Le dice:
“Evo, no sé si vos te acordás”… la cámara se mueve hacia Morales y encuentra un
rostro de piedra. No ve ni escucha ni analiza ni siente, greda andina. ¿Qué
hace allí sin al menos una sonrisa? Cabe la pregunta de si lo invitaron o se
invitó como suele hacerlo. Cámara que lo apunta, monolito que responde.
Beneficio de la
duda. La Kirchner habla tonterías acerca del Mayo francés; de ahí salta al
noviembre francés. Me cuesta interpretar que de la imaginación al poder se
refiere ahora a los ataques fundamentalistas del mes pasado. Actriz de reparto
que soñó con grandes papeles, intenta dramatizar su derrota. Unas lágrimas no
caerían mal. Ella, cabaretera como la ancestral Duarte, encarna esa herencia
nefasta italiana de multitudes aullando en pos de madonnas de carne y hueso con
dudosa reputación y llantos de traje negro. Mussolinianas en esencia,
fellinescas en su absurdo. La cámara gira hacia el plurinacional… el sexo de
las piedras, mustio sexo…
Despierto al día
siguiente y mi mujer me informa que Evito jugaba fútbol con Macri, el odiado
rival sirviente del imperio. Horas después aplaude como novicia ante la
posesión del enemigo. Imagino a Cristinita que en floreado estilo presidencial
expresaría su opinión ante el traidor: “La puta que te parió, Evo, maricón.” Y,
en eso, la justifico. El impenetrable aymara estaría en su mutismo calculando
pros y contras, o, siguiendo la larga tradición indígena andina, preparando
odas de alabanza a uno y otro lado para congraciarse con todos. No eran
chichimecas, estos en los Andes…
Entonces, estuvo
presente como quizá el último icono vivo de la Gran Mentira socialista. Se le
hizo el honor. Mas el cobarde prefirió quedarse, decorar con fútbol su
arribismo político y su poca hombría. Por poco no besa a Macri; gozaba más que
la esposa del electo. Cierto que hay asuntos económicos de suma importancia que
aconsejarían no enemistarse. El mayor de ellos, el tráfico de drogas por el
norte argentino, las lluvias de cocaína que le han dado tono surreal al
criminal asunto. La ausencia Kirchner en la zona muy posiblemente equivale a
fuerte presencia de la DEA norteamericana. Esto, asociado con la futura debacle
venezolana, cortarán por un buen período el soporte monetario del masismo. Y
ellos que primero soñaban con el 2025, luego con el 2035, después canonización
en manos de Bergoglio, divinización y extras. Ahora, cómo sobrevivir hasta el
2016, cuando le griten NO en la cara y la cámara lo enfoque. ¿Qué hará
Linerita? Creo que los bienes raíces en Corea del Norte para convictos del
mundo exterior no están tan mal. Compren, muchachas, mientras puedan, emigren a
Corea porque Cuba ya no es, la momia será al fin enterrada y los otros se
mimetizarán con los demás ricos que inunden la isla mártir. Compren, aconsejo,
bien lejos.
La actitud “del
Evo” lo descarta ante la historia. Es otro punto deficiente de los seculares
del XXI. Anotamos: Argentina, Venezuela, pronto Brasil. ¿Bolivia? Claro que sí,
se ha demostrado que no hay sustento ideológico: vanidad y lujuria. Robespierre
es Robespierrot, y el profeta de Orinoca un pobre diablo ansioso de plata.
Viene el tiempo del análisis, de la necesidad del cambio que ya asoma. De ese
futuro hay que descartar nombres de los que fueron sirvientes de Morales: Mesa,
Rodríguez Veltzé, el Rostro Asado y más. Y a no creer en los intelectuales que
son tan malos como los de la izquierda y peor cobardes. Panorama de
desasosiego, cierto, pero en algún momento habrá que comenzar.
14/12/15
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 15/12/2015
Qué rápido pasó el cacique de descalificar a Macri (hasta permitiéndose advertir a los argentinos que si este ganaba habría conflictos) a juntarse con él para una pachanga futbolera, como si fueran amigos de toda la vida. Eso para cualquier kirchnerista debería ser visto como traición, ni siquiera le guardó un minuto de “duelo” a la comadre Cristina, y eso que hicieron grandes negocios juntos (a propósito, la horrible estatua que levantaron a Azurduy ya está con agujeros y deteriorándose). Doble moral y accionar que resume muy bien el nefasto altoperuanismo que caracteriza tanto a nuestros politiqueros y demás huayralevas, como los mentados Veltzé y Mesa, maestros del disimulo y del oportunismo. El alumno “asesorado” les salió aventajado. Saludos.
ReplyDeleteAsí, José, de manera drástica para desenmascarar a todos estos, los de abarca y los de corbata. El Iluminado por supuesto se lleva la flor: el Gran Cobarde. Debieran ponerlo a reconstruir, junto a su comadre Kirchner, esa estatua, con badilejo y concreto. Mejorarla, claro, porque apenas la mostraron pensé que era un homenaje a Leonel Messi. Pobre coronela Azurduy, en manos de semejantes maleantes. Saludos.
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