Sieyes, de
acuerdo con Voltaire, decía que la tiranía de muchos sería peor que la tiranía
de uno, queriendo en su tiempo limitar tanto la monarquía como la democracia.
En Bolivia hay un tirano: Morales, y la tiranía de un conglomerado amorfo y vil
enmascarado detrás de la denominación de “movimientos sociales”. Uno tiraniza
en favor de los otros, y los otros le retribuyen amenazando a quienes discrepen
con el amo. Ya va para largo, pero no hay que temer la presunción de semejantes
elegidos de eternizarse porque no va a suceder.
La fábula de que
el indio por ser indio era bueno, defensor de la naturaleza, ambientalista de
cuna y corazón, inocente, etcéteras, sirvió para engatusar a un pueblo cansado
de los desmanes anteriores, de izquierda y derecha, y, afuera, a una cohorte
europea para la cual es todavía muy difícil digerir un pasado colonial y
esclavista. ¿Qué nos trajo? Un bufón de pacotilla que en un medio mísero como
el nuestro pareciera actor de la talla de Marlon Brando (obviando por ahora la
cáfila de segundos y terceros a cual más pedante y lombrosiano).
Visten al
presidente como a maniquí. Estuvo bien por un tiempo el look del indito rico,
de trajes de lujo con diseños autóctonos, no sé si arcaicos, pero ya cansa. Da
la impresión de que desayuna, descansa, ¿se ducha?, y se levanta con el mismo
traje cada día. Es un detalle que sin embargo refleja la escasez de imaginación
de este nutrido grupo de arribistas. La imagen hace al individuo, es, quizá, el
mensaje, pero este se desdibuja cuando el interfecto viaja en automóviles de
lujo, se aloja en hoteles del jet-set, y le encanta codearse con los de arriba.
¿No era que amaba a los de abajo y viceversa? A dudar del amor del pobre, dice
la historia, porque es idilio cubierto de traiciones. Explicación sociológica
hay, claro, y lógica también: quien no tiene aspira a más a cualquier precio,
incluso la entrega del que supuestamente lo representa. Y a dudar del pobre
enriquecido…
Decorado así
apareció en París, al lado de otro floripondio vanidoso: Correa. Resulta que
Obama, presidente del odiado imperio, venía saludando en fila a los presentes.
Llegando al lugar del dúo dinámico, el negro se hizo el ciego y pasó el brazo
por encima de la cabeza del pequeño andino. Y siguió. Entonces mostraron al
infalible Evo con una sonrisita que solo podría entender un boliviano, una que
oculta rabia, soberbia, el infaltable pretexto de “si no hice nada”, o “¿Qué
hice?”. El niño travieso que no acepta reconvenciones y peor reconoce que hay
consecuencias para los actos y palabras. Su no muy varonil actitud fue
festejada por un europeo que desconozco y que señala el permanente
embelesamiento de los de allá con los bufones de acá. ¿O Evo olvida sus insultos
a Estados Unidos? ¿O su supuesta presencia como control aéreo de los cargados
aviones entre Chimoré y Maiquetía? Por supuesto que no lo iban a saludar.
Pero no le falta
espacio para el llanto. Creo que a llorón solo le ganó el difunto Chávez, que primero
con pistolón y luego con crucifijo quiso amedrentar a la muerte mientras hacía
de plañidera en las pantallas de tevé. Morales lloró que no lo dejaron en París
hablar más de cinco minutos, “que no valía la pena semejante viaje para hablar
tan poco”. Es un mandatario, un hombre de estado el que profiere esta verborrea
de novelón. Lloró que Obama lo había discriminado; pobrecito, habrá que
regalarle un aeroplano.
Trajes, aviones,
discursos. Mientras observo a las “hermanas”, de sombrero y pollera, camino de
la cárcel porque dejaron rastros de millones robados al Fondo Indígena.
Pobrecitas, si siempre han sido discriminadas y jamás tocaron algo de lo ajeno.
Para semejante hermano, tales hermanas. Queda en familia.
07/12/15
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 08/12/2015
Imagen: Fotografía prestada del blog CRÓNICAS DE MR. HYDE
Imagen: Fotografía prestada del blog CRÓNICAS DE MR. HYDE
Siempre genial
ReplyDeleteSiempre genial
ReplyDeleteGracias, Adriana.
DeleteMsndale al Ramón, kkkkkk
ReplyDeleteY siguen todavía con la cantaleta de la candidez y pureza virginal de los “hermanos y hermanas”, tal como la inefable Achacollo se quiere limpiar las migas del festín del Fondo Indígena alegando que “aprobó proyectos de buena fe” para que “los compañeros criaran chanchos pero se compraron autos”, según confiesa ella misma, luego de cinco años de hacerse a la tonta. La bufonada sigue con este circo mediático de cortar algunas cabezas, prescindibles claro, para apuntalar la reelección del jefazo y mantener los privilegios de todos los acólitos. Qué asco saber que, con tanto saqueo y robo descarado, ahí lo tenemos al “cronista de Cochabamba” como jefe de campaña departamental que seguramente en el cierre de la misma subirá a la tarima a cantarle su blues al amo cocalero. Saludos.
ReplyDeleteUna reelección que veo difícil, José. A no ser que haya un fraude mayúsculo, creo que el destino está cantado. Tendrán que buscar otro pretexto: traer a cincuenta mil cocaleros con machetes, tal vez; o sacar a El Chapo de su escondite y dejar que su vaho mítico aterre a los fácilmente espantables compatriotas. Saludos.
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