¿Es ético,
políticamente correcto, nombrar directamente a las personas en un texto que a
pesar de informativo puede considerarse difamatorio? No me interesa, o no en
todos los casos. Si me refiero a que las palabras pueden ser una daga apuntada
al corazón de los rateros en posición de gobierno ¿por qué no?
He estado leyendo
que tal vez en un cercano futuro, cuando el emperador Evo I esté chequeándose
la próstata en Cuba, o la laringe, o el culo, qué más da, Gabriela Montaño
podría aspirar a la presidencia. Todo puede ser en la tierra de Nunca Jamás,
Bolivia, hasta que esta histérica defensora del latrocinio sea coronada como
miss Bolivia con especiales prerrogativas. Cierto que la reina actual, el
incansable de Orinoca, y el eunuco que lo secunda, prefieren guardar las cosas
para sí, pero quién sabe.
Abro la Wikipedia
para informarme de un personaje detestable, ex senadora y actual siempre bien
parada, no con ánimo de arrimar información a una vida por cierto indeseada,
corrupta y servil, sino para tener datos. Pues nada especial, un ser regular,
mediocre, profesional como condiciona la vida, y listo. Lo que yo he visto a lo
largo de los años ha sido un animalejo gritón, lambiscón hasta donde las
posibilidades alcancen; por poco no terminó diciendo que se hiciesen estampitas
con la imagen del pelucón Morales, detentes para portar en el pecho, idolillos
de yeso compitiendo con san Expedito.
Le dicen
vehemencia, pero lo que la Montaño hace es gritar en el estrado y en las
manifestaciones de júbilo por la paternidad, no paternidad, hombría, no
hombría, del Supremo. Ahí, en primera línea, aullando con una boca que dista de
ser pequeña. Ni hablar de las malas lenguas y afirmaciones que no me competen,
sean ciertas o no.
Soy un pésimo
dibujante, caso contrario podría retratarla -y a la larga galería que espero
desnudar en el Olimpo plurinacional- tal como es para mí, con el trotecito
enloquecido de los sirvientes, la cola menuda, peluda y enroscada, y risita de
hiena pronta a devorar carroña.
26/03/17
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Publicado en ADELANTE BOLIVIA, periódico digital, 28/03/2017
Magnifico retrato del ser más repulsivo del régimen (no por su natural apariencia), sino por ese aire de mosquita muerta que esconde un insuperable fanatismo hacia el Jefazo, al punto de degradar su condición de mujer. Solo inspira compasión su abyecto servilismo. Saludos.
ReplyDeleteP.S. Luego de un receso inexplicable estoy procurando volver a las parrafadas. Agota el escribir, pienso en personajes como Georges Simenon y me pregunto de dónde sacaba energías e inspiración para sus novelas acabadas en pocos días. Gracias por el aliento.
http://perropuka.blogspot.com/2017/03/misicuni-canalizando-el-desastre.html
Una alegría saber que retomes la pluma, José. Ahora mismo leo tu texto sobre el nuevo desastre. Abrazos y gracias.
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