Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Estoy despierto
ya tres horas. Me levantó un golpeteo, leve y continuado, en el primer piso.
Era una puerta entreabierta y había intenso viento en el invierno exterior.
Salí del dormitorio para cerrarla, pero me detuve antes de bajar las gradas.
Oscuridad completa y el sonido y el viento siseando. Me paré al pie de la boca
que descendía. Quieto, imaginaba las horrísonas formas de los árboles en el
jardín. Imaginé los gatos que caminan las casas, sus ojos brillando. No bajé.
Aquella puerta seguía. La oía sentarse en las sillas, acariciar los cubiertos
sobre la mesa, tocar las campanillas afuera. Vi su boca de angustioso hielo y
preferí echarme en cama, pensar en otras cosas.
Toc, toc, toc...
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Publicado en OPINIÓN (Cochabamba), 20/03/1990
Publicado en VIRGINIANOS (Los amigos del Libro, Cochabamba, 1991)
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Publicado en OPINIÓN (Cochabamba), 20/03/1990
Publicado en VIRGINIANOS (Los amigos del Libro, Cochabamba, 1991)
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