JAVIER VAYÁ ALBERT
*La palabra
como bala, la poesía como disparo urgente, un arma de francotirador al acecho,
descargada de futuro. La palabra como sopapo, no como sopa. La poesía rehén
liberada del ego de pollaviejas y caranalgas y niños de teta de sectas.
*Ética de
almacén y fábrica, estética de dandy y punk. La revolución será elegante o no
será. Guerra directa a las bermudas y las chanclas. Exabruptos de camionero,
versos cincelados con éxtasis de Miguel Ángel. Baudelaire y Lou Reed guían
nuestros pasos, Jean Genet y Henry Miller son nuestros faros.
*Escribir o
recitar sin whisky o aguardiente queda proclamado indecente. Nuestros hermanos
y hermanas habitan bares y cárceles nunca simposios y aulas.
*Reivindicar
un nuevo Farenheit 451 destinado a los libros de Vargas Llosa y García Montero.
Muerte al tertuliano. Orinada colectiva en las estanterías de libros de los
grandes almacenes.
*Disidencia
poética de todo y todos.
*Los
histéricos nos proclamamos la última dentellada marchita, la próxima religión
extinguida, el enésimo movimiento literario destinado a morir nada más firmar
su nacimiento. Somos la anisocoria de los ojos de Bowie incrustada en la
literatura. La luz fugaz sobre la que cantaba Lee Marvin en La leyenda de la
ciudad sin nombre. El único pensamiento cuerdo de Panero y el letal gramo de
luz en las venas de Haro Ibars. Hemos llegado para marcharnos.
Como tú.
Como tú.
Firmado: Javier Vayá Albert
Firmado sin su consentimiento: Pablo Cerezal Emilio Losada Claudio Ferrufino-Coqueugniot Max Benítez
Firmado sin su consentimiento: Pablo Cerezal Emilio Losada Claudio Ferrufino-Coqueugniot Max Benítez
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Imagen: Stanislaw Boryowski, 1955
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