Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Siguen los
fuegos. Bolsonaro tiene más estrado que Evo Morales y lo opaca. Esta vez le
conviene al vanidoso. Porque hasta los alemanes dicen que el curaca está
quemando la Amazonía para dar hamburguesas a los gringos. Con sus aliados
banzeristas, la extrema derecha cruceña, los millonarios, a los que no les
importa si se destruye un país porque con su dinero pueden vivir donde quieran.
Pero a nosotros sí nos interesa, aquí vivimos y vivirán nuestros hijos. Mataría
al que quiere joder la vida de mis hijos para dar beneficios a los suyos.
Hay que
saber visualizar al enemigo, no dejarse dorar la píldora. Hay una casta de
delincuentes ricos, comenzando con el presidente y el vicepresidente, que creen
ser dueños de esta tierra. Pues no, no es suya. Quizá les concedamos dos metros
por uno, bajo tierra, pero nada más. Hay que defenderse. Quieren rifar al país.
Es tiempo de atacar, de confiscar, de encadenar. Para eso se hicieron las
revoluciones, para defender el pan. Morales no tiene derecho alguno a ceder el
territorio y sus riquezas a China, a Trump, a la agroindustria ni a nadie. Si
quiere ser rico que trabaje, no que pague a los puchuchuracos para que lo
defiendan. Con esos hay que arrasar de igual manera, volcarles las gorras como
en el 52. Ya ni correr pueden porque no se meten en guerra. Los paraguayos
descalzos los corretearon a chicote. Emboscados. Hay que secuestrarles las
armas y hacer escuelas. O mandarlos a Chile a pelear, que son buenos como
vocingleros. A ver. En una semana los chilenos estarían haciendo parrillada en
la frontera con Brasil. No hablo de los soldados, hablo de los puercos.
Me escribe
un hombre de 71 años, desde La Paz. Dice que vivió una cómoda vida clasemediera
siempre. Que se preocupó de sí y de los suyos. Pero ahora se le ha rebelado la
sangre. Quiere luchar. No soporta ver lo que está sucediendo en Bolivia. ¿A qué
se tiene miedo? ¿Al machete cocalero? Para eso hay balas, y viendo la terrible
experiencia europea tal vez ha llegado acá el tiempo de la sangre. De
revitalizar lo que fue alguna vez un pueblo indómito. La corrupción ha cegado
el entendimiento. Los dos de arriba, los sodomitas, han maleado como nunca y
como nadie el aire que respiramos. Están en carrera hacia la luna, se creen el
hombre en la luna. Su dinero no trabaja para el país, está afuera, escondido,
para el momento de la fuga. Hay que agarrarlos antes de que lo hagan, que
sufran un Nuremberg local, que sigan el camino de Saddam Hussein, otro que se
creyó Dios y bailó como cualquier pelagatos en la cuerda.
El límite
llegó con el fuego. Y si nada sucede después de esto, pues quizá habremos
perdido el derecho a sobrevivir y que nos cargue la pelona. Los sabios
sociólogos hablarán de coyunturas y tratarán de explicar con esmero y
condescendencia lo que pasa, aunque esto es tan claro que no necesita análisis.
El señor de 71 tiene razón: o nos levantamos o quedamos baldados. Morales se
entusiasma con que se quedará en el poder hasta la muerte (del país). Está por
verse. Y el intelectual de turno, el supuesto cerebro de la revolución no es más
que un pobre diablo. Recuerdo a mi padre cuando miraba por unos minutos su
cháchara en televisión. Era tajante: este es un cojudo. Y cojudo es, no
cojonudo. Hábil “bolsiquero”, o “bolsiqueador”, de esos que meten mano en el
bolsillo ajeno. O ni siquiera eso, porque no necesita maestría para ejercitar
su arte, solo tomar lo que está al alcance o aceptar lo que le dan. ¿Quiénes?
Lo sabemos…
08/09/19
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 10/09/2019
Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 10/09/2019
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