Y serán muchas
más. El ansia de enriquecimiento pesa más que la conciencia, si la hay, y mucho
más que la razón. Casi me atrevo a decir que las grandes causas están
condenadas, y que el hilo que las protege de no perecer se hace tan frágil que
no sabemos si dure. Cuando oigo a supuestos intelectuales, y de izquierda
asumida, defender la construcción de la carretera por el TIPNIS, me
descorazono. Ninguna lógica los sustenta, ninguna, ni siquiera la de saber que
serían directos beneficiarios en contante con la destrucción del bosque, o que
recibiesen al fin del desastre catos de coca para paliar su hambre.
Febles argumentos.
En primer lugar, ignorante desdén de lo que significa para la humanidad preservar
lo poco que queda. Salen con discursos que tal vez en algún momento fueron
válidos, de no jugarle al imperio, etc. Ni idea tienen de la estadística, ni
proyectan semejante desmán en sus consecuencias futuras. Tozudez nacida de la
ignorancia, de consignas aprendidas en lecturas de computador, recovecos de la
psiquis mestiza abrumada de complejos, que se satisface a sí misma con la
presencia del señor Morales a la cabeza de Bolivia como el arma que destruye
sus fantasmas interiores.
Uno de los textos
del nuevo libro de Pablo Cingolani, Nación
Culebra, una mística de la Amazonía, lleva el escalofriante título de La solución final, que nos remonta a
Eichmann y la praxis lúnática que percibía el paraíso solo después de la
destrucción de una raza. Se pregunta el autor, enumerando algunas etnias
amazónicas, que dónde habría que ponerlas. Se responde que grupos tan pequeños entrarían
en cualquier lado: los Pacahuara, por ejemplo, “en una cabina telefónica”; los
Yuquis, “detrás de un biombo persa o en un crucero de tres pisos”; los
Chimanes, siendo más, “podrían ser llevados hasta Quetena, en las punas de Sud
Lípez, donde hay poca gente”. Y así, exterminarlos de a malas, como en la furia
nazi, o a “buenas”, simplemente arrebatándoles su hábitat.
¿Quién les da el
derecho de decidir sobre tierras ancestrales? ¿Los altos intereses de la
patria? La patria, señores, pasa por la protección de sus ciudadanos y su
entorno. Jamás se ha leído que ella presupone la venta o regalo indiscriminado
de lo que es colectivo a individuos, grupos de poder, países extranjeros. Si a
Chile y Brasil les interesa una conexión interoceánica, allá ellos, que la
consigan sin la destrucción del patrimonio boliviano. Que vuelen por los aires,
que estamos en el siglo XXI, y ya para el 2019 los gringos estarán explotando
yacimientos minerales en asteroides que serán estirados hacia la órbita de la
luna. Mientras tanto nosotros, no nosotros, ellos, los de arriba, seguirán
haciendo oro con la explotación de recursos que cuando se agoten nos dejarán
sin nada. Dejémonos de folklorismos, preservemos lo que hay que preservar e
invirtamos en educación, en tecnología. Que el cultivo vario y variopinto que
siempre destacó la agricultura -y la gastronomía- locales se desarrolle con nuevas
técnicas; ahora se está perdiendo. Los hombres de maíz y de papa se van
convirtiendo en hombres de coca, alejándose de toda tradición, haciéndole el
juego, y en grande, al capitalismo salvaje que representa el narcotráfico.
Ahora bien, si de
piedad se trata, como desean mostrar, de “mejorar” el nivel de vida de los
indígenas allí, de echar DDT para que no tengan insectos, que comiencen con
Palacio, con las sucias ciudades que nos caracterizan: basura expuesta al aire
libre, descontrol vehicular y el veneno del exhausto. Alimañas sobran para
combatir. No hay que poner pretextos fútiles para conseguir algo que es
abiertamente un negocio, y también una concesión a las nuevas elites.
La solución final
no pasa por el hipotético traslado de nuestra herencia cultural, cualquiera de
ellas. Está en la honradez, el trabajo, la responsabilidad. En aceptarnos y
conocernos. Si el presidente no desea estudiar, allá él, el resto sí.
26/04/12
Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 27/04/2012
Publicado en La Prensa (La Paz), 28/04/2012
Foto: Marchistas por el Tipnis (VIII Marcha)
Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 27/04/2012
Publicado en La Prensa (La Paz), 28/04/2012
Foto: Marchistas por el Tipnis (VIII Marcha)
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