Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Transito
Ucrania ahora, y he visto los remanentes del oscurantismo soviético; perviven,
no están muertos; han marcado una centuria, varias generaciones. Escribo en
este momento en uno de esos edificios. Desde la puerta de entrada todo está
caído, roto. La escalera apesta a humedad, semeja una cárcel. Las paredes, los
pisos, puertas, chapas, el universo destartalo, la mentira de entregar miseria,
por un lado, y también cierta verdad en que esta miseria mejoró vida y destino
de muchos. La idea puede valer; el desarrollo fue un desastre.
Hablemos de
La Habana. Entonces se decía que la culpa era gringa, y gringa culpa abunda, no
hay que mentir: está en la mara que Trump detesta, los salvatruchos que
desprecia y que son creación en buena parte de la paranoia norteamericana en El
Salvador, en los huérfanos que ella dejó. Lo viví, trabajé un par de años con
ese grupo desesperado que llegaba desde ambos bandos a los Estados Unidos,
torturados y torturadores buscando lo mismo: paz, y quizá bienestar. Cargaban
machetes cortos, fumaban marihuana, sus hijos estaban entre dos culturas. De
allí salió la mara, de los descastados y los huérfanos.
Volvamos a
Cuba, a las ciudades decaídas, a la regresión, a la peor de las
discriminaciones que es condenar a algunos a la pobreza eterna. Y eso sucede en
Cuba, donde se ha privado al ciudadano común de los beneficios que tienen los
turistas, donde se ha condenado a sus mujeres a un no buscado puterío. Otra
vez, lo he visto, y no es gracioso.
La Habana
está en ruinas, como lo está Odessa en el Mar Negro, como están las barriadas
de edificios calcados de Jarkov donde desde afuera se puede apreciar la
miseria. ¿A quién acusar? ¿A Gorbachov, a Yeltsin? Las élites se enroscan en sí
mismas, vengan de la aristocracia, de la clase obrera, campesina, comerciante o
el lumpen. Cuando estas bandas de gregarios alcanzan poder se envuelven como
pangolines y tiran las púas hacia los otros. Nadie nos toca, parecen decir; y
alrededor crean insectos que los imitan y reproducen.
Esta ruina
viene de la izquierda, de la soberbia de creerse dios, de la falsa empatía y de
la más falsa solidaridad. Por lo general sobreviven los vampiros que se
alimentan de sus muertos, los Ortegas, los Chávez, los Lulas. Los buenos han
sido asesinados, martirizados, y decimos así sin tener la seguridad de que no
hubieran hecho lo mismo de seguir vivos. Hablamos, no olvidemos, del peor
animal que camina la tierra: nosotros; del más cruel porque es el más astuto.
Entonces
llegan los Bolsonaros, los de siempre, y chillamos. Bolsonaro vive en Evo
Morales, él, por citar alguno, es la puta que lo parió. Y nada va a cambiar,
los pañales se ensucian y se tiran y nadie les mira la marca. Estos, Bolsonaro
y Morales, son la misma mierda y apestan igual. Y Cocaricos y Dilmas y Piñeras
y la recua innombrable que deseen aumentar, incluidos Patzis y las marionetas a
las que se les cayó aparentemente la cuerda que los hacía danzar al ritmo de
los dueños.
Esta derecha
recalcitrante que aparece, reaparece en el mundo, es, en la América Latina, la
reacción al peor grupo de rateros jamás formado, uno que ha enseñado a la
derecha males que incluso ellos, malignos, no sabían posibles.
La política
está en ruinas; los países también; hay ciudades que se caen: Bolivia pareciera
incólume ante eso y es porque Bolivia no existe, no produce nada, es solo un
gigantesco mercado de contrabando, de dinero mal habido que no deja rédito al
estado, quien, a su vez, es asaltado de forma demencial por una banda de
embaucadores y violadores que afirman que la bandera de la revolución ya no es
roja sino azul.
Kiev,
05/11/18
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 06/11/2018
Fotografía: Odessa
Esa imagen idílica que uno tiene de Ucrania con sus mujeres hermosas (resultado del crisol de tártaros y eslavos), sus iglesias bizantinas, sus paisajes bucólicos a las orillas del Mar Negro; contrasta severamente con las de sus ciudades grises y ruinosas, que el comunismo soviético dejó como legado en toda su área de influencia, ni qué decir de la ciudad fantasmal de Chernobil que resume todo el desastre. Ya se te extrañaba estimado Claudio, muchas gracias por las estampas de la tierra de Gogol y Shevchenko, el poeta, desde luego.
ReplyDeleteY sobre nuestro país, concuerdo plenamente e iria mas allá: es que a Bolivia siempre la ha caracterizado la ruina moral, política y económica; detalles insalvables que impiden la construcción de un estado. Saludos.
Se te extrañaba también, José, aquellos agudos y severos textos a los que nos acostumbraste. Pero hay que dar un paso adelante, concuerdo. Esto que dices del crisol tártaro-eslavo es por cierto una de las razones de semejante belleza en sus mujeres, y en la baja estatura de los hombres, también. Un país para ver, creo que no para vivir, acostumbrados a como estamos a un relajamiento occidental en casi todo. Hermoso y controversial, y heredero de aquellas grandes figuras literarias que lo plasmaron ya hace mucho en nuestra imaginación. Abrazos.
DeleteEsta semana vivimos tu recorrido por ucrania, con los mensajes que llegaron por fac. vivimos contigo las estepas interminables de ucrania y recordamos el legado de los maestros, viste de cerca las huellas de 70 años de socialismo con sus pros y sus contras, compartimos la magia de tus fotografías, muchos recordaron el pasado vivido, por los mismos lugares que pasaste, no se si pudiste ver antes , de tu viaje el documental de Oliver Stone “Ucrania en llamas” que esclarece mucho el pasado y el presente de Ucrania, la fuga Yanucovish el presidente y la toma del gobierno por el “Bolsonaro Ucraniano”. Comparas las ruinas de un país en crisis y no sabes si culpar a Yeltsin o Gorbachov, como si la culpa fuera de Rusia o el sistema, el descalabro de un sistema con sus pros y sus contras, y dices que sobreviven, los vampiros que se alimentan de sus muertos, y te acercas más a los nuestros, comparando a los vampiros. Como Lula y Chávez pero no te olvides algunos detalles que siempre nos llevaran a la reflexión y saber diferenciar al enemigo.
ReplyDeleteEn la presidencia de Lula, entre 2003 y 2010, alrededor de 30 millones de brasileños se elevaron por encima del umbral de la pobreza y se sumaron a la economía de mercado, llegó a rincones que antes quedaban al margen de esos beneficios, mediante programas sociales que eran elogiados internacionalmente.
Durante el mandato de Lula también hubo una mejora del sistema educativo y se crearon becas para asegurar que los estudiantes más pobres tuvieran acceso a la educación superior. Lula tenía 36% de las intenciones de voto, seguido por el ultraderechista Jair Bolsonaro con 18%. No lo dejaron continuar porque esta vez” los vampiros que se alimentan de sus muertos “hicieron todo lo posible para que no sea electo, al dejar la presidencia, Lula tenía un 80 % de aprobación, con una gran posibilidad de ser relecto, no lo dejaron continuar y todos sabemos cuál es el resultado con el presidente electo, tenemos idea del futuro que será su gobierno. el futuro por sus declaraciones a favor de torturadores de la última dictadura militar de Brasil y sus insultos hacia la población afrodescendiente, Racista", "homófobo" y defensor de la pena de muerte. Y de Chávez no nos olvidemos que: En 1998, Chávez instauró el acceso a la educación gratuita para todos los venezolanos. Escolarización de niños: 1998: 6 millones-2011: 13 millones, casi 1.5 millones de venezolanos aprendieron a leer y escribir. Gracias al acceso gratuito a servicios sanitarios,1999: 20 médicos por 100.000 habitantes, 2010: 80 médicos por 100.000 habitantes, simplemente no los comparemos con la dinastía de brutales gobernantes de las dictaduras… Son de los nuestros con sus errores y aciertos.