Thursday, January 6, 2011

La frágil democracia/MIRANDO DE ARRIBA


La primera plana de los diarios norteamericanos trae hoy las bienaventuradas nuevas de "exitosos" comicios en Irak, cuando la realidad nos muestra algo diferente. El país está en guerra civil. Cierto que uno de los lados, el sunita, se adjudica la mayoría de los ataques, pero hay en la calma kurda un riesgo inmanente, permanente, y en la calma chía también.
La falta de reacción chiíta ante la carnicería constante de sus fieles, exceptuados pocos episodios de defensa en el sur, no augura un futuro promisor. Lejos están los días en que en Falluja atisbaba una reacción común y solidaria ante el invasor. Ahora se develan viejos contrastes y largos odios. La historia se detiene un momento frente a la posibilidad de una gran guerra religiosa en el oriente medio, una azuzada por los yanquis que además de haber perdido el control no pueden ya salir bien parados del asunto. Perdieron; ni queda el honor de una retirada ilustre. Se enlodaron en el fango de su propia falta de visión, de su ambición desmedida y torpe. Resulta que paradójicamente su ejército que es acosado, cazado por los insurgentes sunis, es la posibilidad, tal vez la única, de supervivencia para éstos. Sin las tropas de Estados Unidos los sunitas estarían bajo la mira de un grupo inmensamente mayoritario que no perdonarà la sangría actual.
Además está Irán, estado fraudulento según occidente, con la desfachatez de enfrentarse a una Norteamerica atada de manos. La retórica de Condolezza Rice acerca de los persas ha encontrado dura oposición en Rusia. Todos aprovechan de un poder debilitado y decadente. George Bush ha hecho más por destruir Norteamerica que la triste figura de Bin Laden. E Irán lo sabe, de ahí su altanería. Irán que quiere en Irak un apéndice de su doctrina, asunto que obligará a Siria y Jordania a apoyar a la minoría suni que le es fraterna. Un conflicto islámico de gran magnitud, donde se ha perdido hasta la importancia de Israel, pieza que a pesar de ser clave en la política bushiana, ha caído del estrado. Los asuntos regionales se dirimiràn entre musulmanes mientras los judíos presencian cómo se perfila el nuevo universo. Para qué pensar siquiera en Israel si a quien se ataca, y con éxito, es a su amo. La derrota norteamericana en Mesopotamia tendrá consecuencias mucho mayores que las que tuvo la de Vietnam. Y nadie sabe, aunque mucho se especule, el cauce que el desastre va a tomar. Victoria pírrica la de estas elecciones, pretexto inútil para que el tonto de la Casa Blanca balbucee más discursos.
17/10/05

Publicado en Opinión (Cochabamba), octubre 2005

Imagen: Milicias de Muqtada al Sadr

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