Hermano,
fantástico. También me dieron ganas de llorar, no por Maradona sino por el
Tuyú, por Osvaldo Soriano, por Houseman que era mi jugador favorito (después el
Negro Ortiz); ambos wings. Gracias. Atiborraré a la gente en mi blog y en las
redes con Cingolani hoy, porque lo merece, y lo merece la Argentina esa
que era de mi madre, no del lloriqueo, sino de los huevos bien puestos y bien
femeninos que la llevaron a Bolivia, sola, en tren, el 54, a casarse con mi
padre, cargada de parmesanos y salames que le entregaron las hermanas porque
con los bolitas se moriría de hambre. Esa mujer a la que desprestigia Messi con
sus boludeces de niño rico. ¿Sabes? Me están dando ganas de escribirlo, corto
pero reivindicativo, para que no crean los bolitas, de los que formo parte, que
mi "odio" por Argentina es tan visceral como su envidia por ella. No,
Yo estoy partido y pegado.
__
Carta a Pablo
Cingolani ( de un largo intercambio ese día), 28/06/2016Fotografía tomada del blog ARQUEOLOGÍA FERROVIARIA (Argentina)
gracias por el texto
ReplyDeleteSaludos, Marcos. Gracias.
Delete