Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Alvarito García,
vicepresidente quizá también eterno (terrible drama el de ser siempre segundo,
cola de perro) viaja a Nueva York al “Foro de la Izquierda”, centrado este no
ya en la toma del poder como hubiera sido décadas antes, sino en la
supervivencia de la especie en un ambiente socialmente justo, ecológico. ¿Pues
qué hace este feroz depredador de terno y peinado impecable en un lugar así?
Habría discrepancias en cuanto a la política de extinción de especies, incluida
humana, por la superexplotación de recursos naturales y destrucción de
hábitats, si se contemplara la “revolución boliviana” en su realidad y no en la
lírica, característica de las izquierdas, falaz y tóxica. Peor sabiéndose que
el asunto no está referido a políticas que apunten a beneficiar al colectivo
sino a hacerlo de manera personal, para enriquecimiento de las cúpulas y las
mafias que las apuntalan. Lo triste que hay izquierdas en el norte, y europeas
también, que se niegan a escuchar el discurso veraz de lo que estos tipos,
Morales, Linerita, y etcéteras, representan.
Ahora bien, la
izquierda depredadora siempre existió. Su presencia se manifiesta en el
desierto que es hoy el Mar de Aral, ejemplo palpable de la demencia soviética.
O la política del imperio chino en la vasta provincia sureña de Yunnan donde,
para beneficiar a la multitudinaria etnia Han, está destruyendo las últimas
selvas tropicales y sus numerosas minorías, reemplazando los bosques con
granjas de producción de goma. Ahí caería perfecto el tonto de capirote, alias
genio, que funge como vicepresidente, entre sus congéneres viciados y
delincuentes, aprovechadores del dolor, místicos del dólar y apóstoles de una
prostituida miseria.
Nueva York le
viene al pelo, porque el odiado capitalismo tiene delicias a las que él y Evo
Morales pueden acceder sin problemas. Su amplio bolsillo y un avión particular
para ser rellenado de contrabando, hace la cosa práctica. Por unos días serán
las estrellas de la Quinta Avenida. Viendo su vestuario, no dudo que visite
Gucci y adquiera calzoncillos de a 300 verdes. La recua revoltosa, mugrienta y
vanidosa que los sigue, se animará con la vista de lo que el futuro será para
ellos con dólares mal habidos y escaso esfuerzo. Dicen que el crimen no paga,
pero la revolución sí. Mientras haya idiotas que creen en fantasmas.
El fantasma del
comunismo recorre el mundo… cargado de billetes. “Comunismo”, “izquierda”,
“revolución”, letras ya sin fundamento ni peso.
Ahora seguimos,
supongo por el título del texto, hacia el panorama de la lucha libre: la Momia
contra el Santo. Lo quisiéramos así, un espectáculo que adoraba Monsiváis y que
refleja un aspecto de la mexicanidad. No, no es lucha libre. Nuestra Momia es
el presidente. Hoy que anda de viaje no crítico –viaje de placer- en los
Estados Unidos, tratará de conseguir paños lubricados en carísimos bálsamos
para su porvenir de esperpento faraónico. ¿O no lo saben, que decidió no solo
permanecer de mandatario eterno sino de semidiós en la pirámide que ha de
construir en su memoria? Me recuerda a sus, y nuestros, antepasados que
adornaban el salón de oro del Qoricancha del Cuzco en calidad de momias. Ellos
creyeron, igual que el abanderado del paraíso terrenal, el Dalai Lama de
Orinoca, en la eternidad. Bastó un puñado de bestiales extranjeros para
desbaratar sueños, veleidades, privilegios. Mientras los soldados de Pizarro
arrancaban láminas de oro de las paredes del templo, arrojaban los despojos de
los reyes incas, desprovistos ya de joyas y vestimentas, al suelo. El poder no
pasa de dudoso hálito. Quien elucubre en su intemporalidad, alucina.
Tendremos mañana,
en las Naciones Unidas, a Evo Primero balbuceando la misma cháchara. Como
siempre, ante un escenario casi vacío. Luego a probarse las vendas que bañadas
en jazmín y aceite preservarán por los tiempos a venir su poco elegante
humanidad. Quizá sobre tela, ojalá, para que decoren a Alvarito y lo conviertan
en momia menor.
18/09/17
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 20/09/2017
Imagen: Guamán Poma de Ayala
YA QUEDAN POCOS ANIMALES RACIONALES... somos una especie en extinción.
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