Thursday, May 27, 2010

¿Otro espejismo?/MIRANDO DE ARRIBA


El Financial Times de Londres, en su edición de sábado 22 de mayo, trae un interesante texto acerca del litio del salar de Uyuni. Es, en la medida en que lo son estas publicaciones, un fiel reflejo del pensamiento capitalista y enfocan su perspectiva al lucro y cómo estructurarlo dentro de las particularidades de un país específico. Como es norma ahora tratan de igual manera el asunto medioambiental, cuya importancia, así sea nominal a veces, crece.
Dice el artículo que Bolivia cuenta aproximadamente con un 50% de las reservas de litio mundiales (no probadas) del mundo, lo que le daría una situación privilegiada en el mercado energético del futuro. La pregunta principal es, sin embargo, si Bolivia es capaz de afrontar la situación, dadas las dificultades varias que industrializar las reservas conlleva en cuanto a infraestructura, distancia, competitividad de precios con los mayores productores de hoy (Chile redujo no hace mucho el precio de su carbonato de litio en un 20%).
Sostiene además que la concentración de magnesio en relación al litio en Uyuni es de 30 a 1, mientras que en Atacama es de 6.5 a 1, convirtiendo a este último en el del litio de mejor calidad del mundo. Uyuni es lejos, frío, no hay infraestructura de tipo alguno, la lucha por el agua en la región ya es intensa y etcéteras. Añadida implícitamente está la dificultad de lidiar con un gobierno controversial, inestable en sus decisiones y retórica, variable -vano diría yo- . Considera a la vez riesgosa la posibilidad de destruir un ecosistema a nombre de proveer energía limpia a los automotores en San Francisco, por ejemplo.
El litio está ahí y los beneficios que podría acarrear al país también, pero, como es usual, es muy probable que el asunto sea un tongo de proporciones mayores, como resultaron el gas y el hierro en este gobierno, siguiendo la triste tradición nacional del expolio, el enriquecimiento ilícito, y el abandono en la miseria de la tierra ultrajada. Si a eso cabe añadir que dadas las condiciones de la nueva constitución, los pueblos originarios tienen voz y voto en cuanto a la explotación de recursos en tierras nativas, nos hallamos ante un problema de dimensiones extremas, que darán, quizá para bien, como resultado el abandono de un mito (como son las realidades en Bolivia), y su abuso político por parte de los gobernantes de turno, hábiles en dorar la píldora e inútiles en proceder y concretar los sueños.
Mientras Evo Morales continúa sus tours de divo, Bolivia retorna a su impenitente condición de mitómana, no de soñadora, y el "pueblo" es acariciado por la vanidad de proyectos como Miss Universo, el Premio Nobel y vainas semejantes, que si se dan permitirán hablar por diez generaciones sobre lo inmensos que somos, mientras escarbamos los residuos que dejan los demás en los tachos de basura. El revolucionismo y nacionalismo locales siempre tuvieron la impronta del engaño, y la derecha y la izquierda son sólo tintes en nada distintos del estupro.
Vivimos y perecemos, a pesar del litio, del gas, del hierro. Mientras tanto el narcotráfico derrocha dinero fácil y no se ve que sienta las bases de un rincón de violencia, abuso, pobreza, contaminación de tierras y aguas donde el mundo "originario" que se pregona conservar es destruido ya para siempre. Sin retorno.
24/5/10

Publicado en Opinión (Cochabamba), 24/5/2010

Imagen: Salinas Grandes, entre Córdoba y Santiago del Estero (Argentina)

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