Tuesday, December 6, 2016

Meterle nomás/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

71 muertos habría que añadir a la ya larga lista de víctimas de Evo Morales, los del avión caído. Ahora, claro, y como siempre, él no sabía nada. Es un querubín moreno que vuela por el aire en absoluta inocencia. Las malas lenguas, la derecha, el imperio, le achacan males que no concuerdan con su angelical imagen, entre ellos el de haberse acostado con la Zapata y haberla hecho parir. Terrible, porque el señor Morales utiliza los genitales para y únicamente la necesaria labor de orinar. Lo dicen sus ministros que por las declaratorias parece que conviven con el patrón en íntimas circunstancias.

La tragedia aérea de Medellín (no la de Gardel que está ya olvidada) desenmascara un país que vive en estadios inferiores de desarrollo mental, justo aquellos que el curaca eterno resalta y desea decretar. El paraíso contemplado como un yermo en el que rebuznan asnos muertos de sed y se devoran unos a otros. La paz entendida como el infierno. Con eso sueña; a eso vamos.

El relato del accidente es tragicómico y retrata Bolivia, la Bolivia de Evo Morales que es la de siempre pero multiplicada por cien en sentido negativo. “El avión voló hasta que se le acabó la gasolina y se cayó”. Así de simple, por encima de vidas y lógica, por encima de cualquier razonamiento. En el aire, en tierra, en oficinas públicas, en el estadio de fútbol… Linerita saldrá con una de sus permanentes estupideces a darle el tinte idiotizado a un asunto indefendible. Será, para él, que el avión “nomás bien se estaba” y después no supo lo que pasó. Cómo un piloto, a pesar de toda la mácula oscura que esta aerolínea carga consigo y con sus relaciones con la jerarquía gubernamental boliviana, puede tener la incapacidad de manejar un avión casi condenado a muerte por las deficiencias de inicio solo se entiende en un país como Bolivia, donde al consejo de no volar porque no alcanzaría el combustible se responde que “no seas maricón”, “no te preocupes”, “son cinco millas nomás”, “alcanza”, “no jodas”, “el aire nos va a ayudar”, “volaremos más rápido”, “apurate, firmá”. No es la tierra de Nunca Jamás como en la fábula de Peter Pan, sino la de Meterle Nomás, según pregona el dicho presidente, ufanándose de ello.

Por supuesto que caerán cabezas, las del meteorólogo, del mecánico, del que limpió los vidrios. Los de arriba bien nomás se han de estar con whisky etiqueta azul. Total, no pasará nada y la vida va a continuar en el idilio de Morales con los achachilas que tuvieron a bien dejarle de herencia la hoja sagrada que se transforma en dólares y absolutismo. Y si no llueve, por tocar otro de los vértices de esta sutil filosofía de vida, el cacique se vestirá de chola y se pondrá a danzar hasta que llueva. Que llueva que llueva la bruja está en la cueva, los pajarillos cantan, la luna se levanta y etcéteras.

Pero el día está pronto a llegar donde incluso los achachilas perderán su morada de hielo eterno. El comerciante que llamamos primer jefe, presidente, elegido, manco kapac, mama ocllo, está rifando selvas y montañas. Tendrá ya preparada una fuga millonaria en caso de que las cosas salgan mal. Huido, querrá dictar clases en la Sorbona sobre la prostituida madre tierra, ya que siempre habrá gringos tontos que lo escuchen embobados.

Supongo, es más estoy seguro, que con su avión personal no es tan negligente como con el de Lamia. Ambos le producían dividendos, cierto, pero en este viaja su fantástico cuerpo de ídolo y no puede darse el lujo de caer porque se le acaba la gasolina. Allí resucitaría de entre las llamas para castigar al gasolinero y al vendedor de chicles que camina ajeno al futuro. Hay cosas que debiesen pasar en un lado y desgraciadamente caen en otro. Pero las estrellas se reorganizan y el mundo se deshace de sus forúnculos de manera natural.

Hay que meterle nomás, contra distancia y gasolina. Lo dice el Aristóteles local, el Sócrates orinoquense, filósofo y astro de fútbol al mismo tiempo.
05/12/16


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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 06/12/2016

2 comments:

  1. Elocuente síntesis de toda esta barbarie que conduce la nave del Estado, valga la analogía. En verdad, nuestro país está desgobernado, sujeto a los vaivenes de un dañino reyezuelo que se la pasa volando, mientras lo poco que quedaba de las instituciones se cae a pedazos. O más bien, conviene a los planes de toda esta plaga de zánganos que Bolivia se consolide como estado fallido, para seguir viviendo del cuento y alargar el latrocinio. (por cierto, también abordo el asunto, y veo que hemos casi coincidido en el título, por razones de tiempo no pude publicarlo ayer). Saludos.

    http://perropuka.blogspot.com/2016/12/bolivia-y-la-cultura-de-le-meto-nomas.html

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  2. Gracias, José, y qué bueno que tengas un texto acerca de ello. Será el disfrute de tus lectores entre los que me cuento. Y, claro, el estado fallido es el elemento ideal para preservar esta miríada de zánganos. Abrazos.

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