Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Burro, borrico,
asno, mula. Se asocia a estos animales con torpeza y estupidez. Cuán cierto sea
ello en el reino animal, no lo sé, pero las acémilas humanas que gobiernan
América Latina por un lado lo demuestran en aseveraciones ridículas, ni siquiera
surreales, y por otro desenmascaran al resto como los verdaderos idiotas.
Mientras ellos se enriquecen a niveles insospechados, los críticos escupen y
anotan exabruptos sin peso específico. Muy burros no habían sido, o sí; tarados
pero vivos.
Cuando el nefasto
Garcilinera se pone a opinar, ajusto unos versos de Quevedo, porque el pollino
en cuestión es magistral en su tontería, afamado y vanidoso, y merece el mejor
sarcasmo y el peor esputo. Dice, por ejemplo, ante escolares ávidos -en un país
falto de esperanza- de escuchar cualquier cosa que dore la píldora, que los
bolivianos somos los que “habíamos tenido” más “arbolitos” que nadie por cabeza
en el mundo. Contaría en su docta verborrea con los árboles que él y su mesías
personal, el Otro, planean cortar para entregárselos, con tierras e indios
incluidos, al vicio del capital. No puede separar de su acomplejado rictus un
paternalismo que caracteriza a los faltos de carácter, a los histéricos.
Entonces alecciona a los niños y otros gérmenes de la tierra nuestra como si se
estuviese dirigiendo a retardados. El público aplaude…
Él y el Otro
viajan ahora al corazón del imperio con venal solicitud. ¿No se les hacía acaso
agua la boca criticando a los Estado Unidos? Creo no olvidar que el cacique
dictaba normas hasta hace poco de cómo deshacerse del capitalismo, siendo él
mismo un gamonal. Lo imagino sonriente, tratando de congraciarse con los
gringos ricos, jugando el papel del indiecito pobre, del indiecito lelo. En Bolivia
se venera el poder, por eso somos el país militarista que nunca ganó una
guerra. Ni contar con la victoria de Otto Felipe Braun, mariscal de Montenegro,
alemán que en la batalla del mismo nombre, cargó con una veintena de cadáveres
argentinos. Victoria germana de escasa numeración y andina grandilocuencia.
Al respecto de
Estados Unidos, el viceinca enmaraña al populoso ignorantado con relatos de
cómo el calvo Lenin se inclinó ante empresarios norteamericanos para recibir
dinero que aplacase el hambre y redujera riesgos al golpe bolchevique. En
condiciones inconcebibles de ventaja para el capitalismo, por supuesto, a costa
de enajenar tierra rusa y ni hablar de la supuesta dignidad revolucionaria.
García lo cuenta como si al solo nombre de Lenin tuvieran que caer murallas.
Hay un dejo de monaguillo en eso, de adolescente aferrado al incienso y los
cirios, de beata milagrosa. Si él lo dijo, era verdad… A quién le importa ya
Lenin luego del estrepitoso fracaso de la izquierda borrega. Menos en el reino
de la mentira.
Bolivia no llega
a ser el campo de pruebas de una tendencia política como se quiere hacer creer,
una experiencia ideológica y una gran lección humana. Bolivia es el mare tenebrarum de los cuarenta ladrones, el
narco estado que por ahora campea ante las narices delicadas de Barack Obama.
El tiempo es menos fiel que mujer atormentada, y no tiene, como tendría esta,
nada que perder.
Basta de lenines,
stalines, maoínes, robespierrots o cualquier pretexto que utiliza como retórica
el ambivalente estado plurinacional. Pueril palabrerío de comerciantes
indigestos, de señores del gran poder con insignificancia futura (recuérdese al
bufón Hugo Chávez, que ya ni muerto sirve). Concierto de balantes mamíferos;
goyescas imágenes de burros cargando burros, de acémilas llenas de oro que
desaparecen en todavía insondables pasadizos de fortuna.
Afirman que se
quedan hasta el 2035 por el momento. Apuesto diez balas a que no.
02/11/15
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 03/11/2015
Imagen: Caricatura por TROND (El Día)
magistral !!
ReplyDeleteGracias, Jorge. Que sirva para algo.
DeleteLuego de ir a agitar el sombrero mendigo ante unos cuantos empresarios de poca monta (aunque aquí se habló de que la misma Boeing estaba interesada, supongo para invertir en la agencia espacial plurinacional, je), surrealista fue ver que el cacique se reunió en NY con ¡empresarios bolivianos! y nunca con los supuestos interesados, los gringos. Ahora está de nuevo por las Europas visitando fábricas, como escolar embelesado con maquinaria, cuando no hace mucho él y sus cortesanos chillaban a todo pulmón que los "lacayos" europeos habian hecho peligrar su vida. Se le acabó la "dignidad" al cacique para ir a arrastrarse por un puñado de euros. Suena a intentos desesperados por mantener popularidad y vigencia, porque ya el huracán ha empezado por Argentina y amenaza con barrer el gran negocio de los burdos suathapas. Saludos.
ReplyDeleteSuathapas, eso mismo. Debieras escribir una columna bajo ese título. El cacique... volvió a ser el lacayo de siempre, congraciándose con todos a menos que estuviera en situación de poder. Hay desesperación entre los rateros: Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia, claro. Nosotros, también Bolivia, no nos incluirnos entre la recua alcohólica, sidática, drogadicta y etcéteras del masismo putrefacto. Se les acerca la hora y eso es un llamado a la responsabilidad del resto. La pandilla de Nueva York (excelente texto el tuyo) saldrá corriendo bien pronto. Hay que cazarlos. Saludos.
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