Tuesday, November 3, 2015

La carga de las acémilas/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Burro, borrico, asno, mula. Se asocia a estos animales con torpeza y estupidez. Cuán cierto sea ello en el reino animal, no lo sé, pero las acémilas humanas que gobiernan América Latina por un lado lo demuestran en aseveraciones ridículas, ni siquiera surreales, y por otro desenmascaran al resto como los verdaderos idiotas. Mientras ellos se enriquecen a niveles insospechados, los críticos escupen y anotan exabruptos sin peso específico. Muy burros no habían sido, o sí; tarados pero vivos.

Cuando el nefasto Garcilinera se pone a opinar, ajusto unos versos de Quevedo, porque el pollino en cuestión es magistral en su tontería, afamado y vanidoso, y merece el mejor sarcasmo y el peor esputo. Dice, por ejemplo, ante escolares ávidos -en un país falto de esperanza- de escuchar cualquier cosa que dore la píldora, que los bolivianos somos los que “habíamos tenido” más “arbolitos” que nadie por cabeza en el mundo. Contaría en su docta verborrea con los árboles que él y su mesías personal, el Otro, planean cortar para entregárselos, con tierras e indios incluidos, al vicio del capital. No puede separar de su acomplejado rictus un paternalismo que caracteriza a los faltos de carácter, a los histéricos. Entonces alecciona a los niños y otros gérmenes de la tierra nuestra como si se estuviese dirigiendo a retardados. El público aplaude…

Él y el Otro viajan ahora al corazón del imperio con venal solicitud. ¿No se les hacía acaso agua la boca criticando a los Estado Unidos? Creo no olvidar que el cacique dictaba normas hasta hace poco de cómo deshacerse del capitalismo, siendo él mismo un gamonal. Lo imagino sonriente, tratando de congraciarse con los gringos ricos, jugando el papel del indiecito pobre, del indiecito lelo. En Bolivia se venera el poder, por eso somos el país militarista que nunca ganó una guerra. Ni contar con la victoria de Otto Felipe Braun, mariscal de Montenegro, alemán que en la batalla del mismo nombre, cargó con una veintena de cadáveres argentinos. Victoria germana de escasa numeración y andina grandilocuencia.

Al respecto de Estados Unidos, el viceinca enmaraña al populoso ignorantado con relatos de cómo el calvo Lenin se inclinó ante empresarios norteamericanos para recibir dinero que aplacase el hambre y redujera riesgos al golpe bolchevique. En condiciones inconcebibles de ventaja para el capitalismo, por supuesto, a costa de enajenar tierra rusa y ni hablar de la supuesta dignidad revolucionaria. García lo cuenta como si al solo nombre de Lenin tuvieran que caer murallas. Hay un dejo de monaguillo en eso, de adolescente aferrado al incienso y los cirios, de beata milagrosa. Si él lo dijo, era verdad… A quién le importa ya Lenin luego del estrepitoso fracaso de la izquierda borrega. Menos en el reino de la mentira.

Bolivia no llega a ser el campo de pruebas de una tendencia política como se quiere hacer creer, una experiencia ideológica y una gran lección humana.  Bolivia es el mare tenebrarum de los cuarenta ladrones, el narco estado que por ahora campea ante las narices delicadas de Barack Obama. El tiempo es menos fiel que mujer atormentada, y no tiene, como tendría esta, nada que perder.

Basta de lenines, stalines, maoínes, robespierrots o cualquier pretexto que utiliza como retórica el ambivalente estado plurinacional. Pueril palabrerío de comerciantes indigestos, de señores del gran poder con insignificancia futura (recuérdese al bufón Hugo Chávez, que ya ni muerto sirve). Concierto de balantes mamíferos; goyescas imágenes de burros cargando burros, de acémilas llenas de oro que desaparecen en todavía insondables pasadizos de fortuna.

Afirman que se quedan hasta el 2035 por el momento. Apuesto diez balas a que no.
02/11/15

_____
Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 03/11/2015

Imagen: Caricatura por TROND (El Día)

4 comments:

  1. Luego de ir a agitar el sombrero mendigo ante unos cuantos empresarios de poca monta (aunque aquí se habló de que la misma Boeing estaba interesada, supongo para invertir en la agencia espacial plurinacional, je), surrealista fue ver que el cacique se reunió en NY con ¡empresarios bolivianos! y nunca con los supuestos interesados, los gringos. Ahora está de nuevo por las Europas visitando fábricas, como escolar embelesado con maquinaria, cuando no hace mucho él y sus cortesanos chillaban a todo pulmón que los "lacayos" europeos habian hecho peligrar su vida. Se le acabó la "dignidad" al cacique para ir a arrastrarse por un puñado de euros. Suena a intentos desesperados por mantener popularidad y vigencia, porque ya el huracán ha empezado por Argentina y amenaza con barrer el gran negocio de los burdos suathapas. Saludos.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Suathapas, eso mismo. Debieras escribir una columna bajo ese título. El cacique... volvió a ser el lacayo de siempre, congraciándose con todos a menos que estuviera en situación de poder. Hay desesperación entre los rateros: Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia, claro. Nosotros, también Bolivia, no nos incluirnos entre la recua alcohólica, sidática, drogadicta y etcéteras del masismo putrefacto. Se les acerca la hora y eso es un llamado a la responsabilidad del resto. La pandilla de Nueva York (excelente texto el tuyo) saldrá corriendo bien pronto. Hay que cazarlos. Saludos.

      Delete