Monday, February 29, 2016

El presidente cobarde

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Ser cobarde es una elección, y quizá hasta un derecho. Además, de valientes se llenan los cementerios y de cobardes las presidencias. No hay disonancia, entonces, con la patética figura que nos ha tocado vivir, idolatrada por unos, sufrida por los más, de Evo Morales Ayma, el Kim Jong-un aymara, el Idi Amin andino, no el Mandela que se preciaba de ser; el Rafael Leónidas Trujillo del sur por una mentada avidez sexual y la colección de calzones que seguro tendrá con rótulos de diputadas, ministras y señoritas jóvenes pero núbiles.

Mientras Chile festeja un Oscar y Colombia casi. Mientras una científica argentina de la universidad de Louisiana habla sobre los rastros del pasado estelar que recibimos del universo a través de ondas gravitacionales, Bolivia se debate con muertos vivos, con la cortejé pero no le vi la cara, no me dijeron que eso sucedería, me mintieron, si yo no hice nada, todo en medio de un festejo de billetes y alcahuetería dignos de Calígula, con acusaciones que se acumulan en oficinas gringas, nombres y apellidos, del tráfico de cocaína y las ligazones con las fieras del ISIS musulmán y del islámico Boko Haram. Lejos llegaremos con semejantes y peligrosos bufones. El mundo ríe de los desdenes tontos del mandatario “indígena”, sus acusaciones de niña mimada, de travieso discriminado (él, el gran discriminador). Cuando capto noticias en la televisión extranjera sobre nosotros no dejo de percibir el rictus burlón de los informadores, porque parece que hablasen de bromas pesadas, de conventilleros episodios de mal gusto, y sin embargo narran la realidad boliviana secuestrada por una pandilla de vividores. Así pronto llegaremos al mar, a ver si Morales puede lavar allí su inmensidad pecaminosa.

Evo Morales lloriquea por la Zapata y el zapato, por cualquier cosa ya que solo él se levanta a las cuatro de la mañana a trabajar, solo él sufre, solo él el malentendido, el insultado, el despreciado. Pendejo. Tuvo una mujer o casi mujer a la que hizo parir. El por qué no nos interesa a no ser que hubiese cuestiones de edad y abuso de poder, que son delitos. Ahora que el asunto ha recalentado los ánimos y hecho tambalear su ansia de eternidad, se vuelca contra ella. No se necesita que cante el gallo tres veces para que Evo desconozca a sus cercanos (cuídense acólitos porque este tipo no es seguro, ni fiel).

Volvamos a lo del mar, el último recurso que le queda al individuo. Su credibilidad, su imagen, están tan arrastradas por el fango que la resolución no dejará de ser negativa para Bolivia, a pesar de la seriedad y no compromiso de los jueces. No puede un bufón de talla semejante demandar a nadie porque su descrédito es mayor que sus requerimientos. Otro triunfo del que será vetado el “presidente”. Esperemos ya las jeremiadas del pobrecito pastor aymara. A este no lo salvan ni sus hienas diputadas ni la historieta que se inventaron con ambición épica. De él y ellos no queda otra cosa que lo que siempre fueron: escoria arribista, mácula que no toca felizmente, excepto a los “deregentes”, las justas reivindicaciones étnicas, sociales, culturales de la mayoría indígena. Hablamos de una cosa que no tiene que ver con la otra.

No encontró Morales mejor salida a su porquería que hacer encerrar a su amante. Gato por liebre. Ha perdido la razón, cree que tales movidas lo limpian. Está desquiciado, se le nota, y tomará la venganza de los cobardes que es siempre la peor. Al valiente no se teme porque se sabe por dónde irá, pero a este grupo de escarabajos sí. Se viene la represalia que tiene mucho de preámbulo del fin. El culebrón va a tomar tintes dramáticos (Evo Morales supera a Corín Tellado en creatividad), pero el drama final se posará sobre su cabezota a la que no socorrerá ningún Espíritu Santo.
29/02/16

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Columna impublicable.

2 comments:

  1. Ciertamente lo más llamativo es que el cacique haya ordenado detener a su amante, con todas las humillaciones que sufren los terroristas y otros peligrosos reos, si hasta se han alzado voces reclamando por el trato fiero y las condiciones de la detención contra la madre de su criatura. Cuánta razón, es una decisión desquiciada, hormonal, como de adolescente despechado, plagada de furia contra la supuesta causante de su caída. Lejos de esclarecer el panorama, el caudillo se sigue enlodando él solito, más aun con los detalles que van apareciendo. La telenovela aun tiene mucho que decir. Saludos.

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    1. Se ahoga en su propio fango. Y el otro, el amante vice, anda Saludos.enloquecido. Quedarán muy mal parados con esto, internamente y afuera. El mundo ríe, y, los que más, los de Chile. Con razón.

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