Tuesday, July 19, 2016

Retorno/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Me acaban de informar que han de deportar a un amigo boliviano que intentaba volver a los Estados Unidos a modo de ahorrar algún dinero para llevárselo de vuelta. Trabajarlo, entiéndanlo, porque acá nunca nos han dado limosna. Lo cobraron, y bien caro, con nuestra fuerza, juventud, inventiva, todo lo que se puede exprimir de un individuo. Nada fue gratis y sí, uno debe y aprende siempre a y del lugar donde esté. Pero eso no nos da pertenencia. No hablo, ni por asomo, de nacionalismo o algo similar, pero en circunstancias como las actuales se recuerda y piensa qué somos en realidad.

En la maleta él traía cosillas, aromas de casa, de tierra, efluvios de molles que ya no están. Se quedaría conmigo, haciendo de este sitio su centro de operaciones para burlar el sistema, cómo si se pudiera burlarlo. Esta sociedad acepta lo que necesita soslayando las más de las veces la legalidad. El monstruo come, devora sin hacerle ascos a la comida ni a la sazón. Burlar el sistema… es hasta petulante decirlo, Te usarán hasta que no sirvas; ya ni para reciclar. Desechos humanos y unas pocas historias de triunfo, a mucha costa.

El televisor encendido detrás trae rebuznos republicanos. Momento de gloria para Donald Trump cuyo peluquín determina y explica la liviandad, rudeza y malicia de un discurso que obvia a los otros. De triunfar, se asentará sobre una estructura endeble que en su caída revolverá el polvo largamente escondido en el país. Los fantasmas de los derechos civiles resurgirán con violencia. Los ya 8 policías muertos dan el preámbulo de una nueva época donde las etnias tendrán que envolverse en sí mismas para presentar un círculo protector en apariencia sólido.

En 25 años no he contemplado jamás el abierto racismo que trajo el fantoche este. Cuando una nación olvida el aporte de sus ramas menores ha perdido su alma, que poca quedaba ya en un país de mínimo pretérito, sin raíces profundas como tiene el despreciado México o la Bolivia india, lo que hace a estos últimos susceptibles de sobrevivir a los peores embates de la historia.

Digresiones acerca de un hecho doloroso, la ida de alguien cercano que no pudo acercarse, que se quedó en los bordes armados. Le permitieron una llamada en donde me explicó lo que pasaba. Dos horas en el aeropuerto sin noticia me hicieron sospechar lo peor. Dijo que al menos le tocó un oficial amable, lo que es cosa rara tratándose de Miami en donde una cáfila de maleantes con insignia, latinos tantos de ellos, ejercen el despotismo ilimitado de quien es basura.

Algo se quiebra, las décadas parecen temblar como florcitas masacradas en invierno. Mientras uno crecía con los hijos todo albergaba un dejo esperanzador. Otra cosa ahora cuando la independencia alejó a estos vástagos y nos dejó con lo poco que queda de atrás, de bien atrás, cuando esto no cabía ni en el asomo juvenil de la aventura.

Los vecinos armenios de arriba están en silencio. Sus ropas cuelgan a secar en el balcón. Acaban de llegar del infierno asiático y se sentirán felices, salvos. A veces no hay opción. Pero para los que no fuimos obligados, los que nos alejamos de voluntad propia, el pasado continúa presente y la constante interrelación con los de allá mantiene viva la tea de Murillo.

Tal vez es tiempo de deportarse voluntariamente, hacer el camino de retorno a fuerza de cojones. Al menos, dijo la esposa del hombre que aguarda esposado el avión, aquí en nuestro lote están dando las chirimoyas.

18/07/16

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 19/07/2016

6 comments:

  1. ¡Qué pena! y qué bien escrito. El momento actual: manifestaciones de repudio, policías muertos y campaña republicana no favorece.

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  2. Qué terrible que la mayor democracia del mundo esté entrando a una espiral oscurantista y medieval con ese discurso del odio y rechazo al Otro, exacerbado por el Frankestein de pelo de muñeco, como lo definió un periodista argentino. He leído que sigue subiendo su popularidad en las encuestas, a contracorriente de lo que deberia señalar el sentido común y la racionalidad. Sin embargo, la amenaza de que el bufón se corone suena real y hasta pesadillesca. Algo se ha fracturado en el tejido social, o el socorrido melting pot -como base de la prosperidad norteamericana- era solo una quimera, una enunciación académica y nada más. Escalofriante vivir en una sociedad de cowboys desatados que en cualquier momento sacan la metralleta en cines o centros comerciales, con policias que te disparan a matar por simples infracciones de tránsito y otros imprevisibles episodios de violencia. Parece una ruleta rusa. Saludos.

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    1. No sé si viste, José, esos "civiles" vestidos de militares en las calles de Cleveland. Ohio permite que andes, con permiso, en la calle armado. Estos tipos tenían lentes oscuros y fusiles de guerra, esos que usan en los atentados. El supuesto "derecho" a portar armas es un abuso contra aquellos que no lo hacen. Imagínate encontrarte en el camino con este grupo de tipos listos a matar cualquier cosa que se mueva; los lleva el pánico, que no concuerda con su aire de matonaje. Veremos, pero esa imagen hitleriana de judíos siendo atacados en sus casas, tiendas, en público, parece estar acercándose a esta América que vivía una mentira. ¡Pobre Dr. King! Saludos.

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