Pienso en
mi tío Jorge Soriano Badani y en lo que hubiera dicho de estos
seudodiplomáticos que fueron a cosechar pendones a La Haya, cargos, pegas,
elecciones, y nada más. Hubiera pedido el paredón. Lo dijo ya un diputado
chileno, de larga crítica al cacique local, que “el” Evo se deje de joder
porque Chile no está dispuesto a prestarse a su sucio juego electoral. Es que a
Morales lo menos que se le debe hacer es un cuestionamiento en el congreso
acerca de esta disputa centenaria y de los verdaderos motivos que lo llevaron a
realizarla con desastrosas consecuencias. A ver si así se le desarregla la
permanente que se hace en el cabello en sesión privada en el servicio de
señoras de palacio. Que se deje de joder y se haga hombre, que se compre un
peine de plástico de a un peso, lo lleve a la manera antigua en el bolsillo de
atrás y deje de mirar si las bragas rosas le quedan bien o están ajustadas.
Bolivia necesita un presidente, no una diva; un estadista, no una meretriz.
Y menos un
traidor que pospone los intereses nacionales para seguir lucrando con el
esperpéntico pluriestado de su maldita creación. Al otro, al docto, también
despeinarlo y arrastrarlo del jopo a que dé explicaciones. Lo dije no hace
mucho, pena que no está la gran señora, la guillotina, para hacer cortes sanos
y renovadores. Que la mierda se vaya por un lado en canastón y por otro en
sábana. Que los semidioses terminen de la manera más modesta imaginable, al
menos algo para resarcir al pueblo que les creyó y adoró como representantes
del nuevo paradigma.
Sale el
curaca con lameculismos absurdos; bueno resultó para dar interpretaciones que
le convienen. Su vida es como un vomitivo poema de los Kjarkas hecho canción:
la falta de imaginación al poder; la mediocridad como emblema. Lo sugerido,
arrastrarlos de los cabellos (que ambos cuidan) y que rindan informe acerca de
sus peculiaridades comerciales y traidoras. Ya basta, este tiene que ser el
punto de inflexión en un país agónico. Quiéranlo o no, y eso que nunca fui
acólito de la mal utilizada causa marítima, llegó el tiempo de pedir cuentas, y
si el hombre manda a cincuenta mil cocaleros a defender lo mal habido, pues a
recibirlos también con lo que merecen. Si hay vientos de guerra, que los haya,
pues el viento suele barrer el desperdicio. Aunque sabemos de lo improbable de
esto, ira tiene que haber.
En Braga,
Portugal, entre cerveza negra y cortos de ron barato, se estuvo hablando de la
“revolución” latinoamericana, con Evo Morales a la cabeza. Percepciones erradas
de la ignorancia, la soberbia y la prepotencia que definen a ciertos
intelectuales. La falta de interés y energía para saber a qué se refieren
cuando comentan de ello. Sofismas y lugares comunes, falacias del indigenismo y
las vedettes maquilladas de ese entorno, desde el apu mayor hasta el Pequeño
Saltamontes, como llaman al jumento tan bien situado en este jolgorio.
Pero esta
característica extranjera de defender lo indefendible porque no les toca la he
visto incluso en modestos entornos, como los grupos de defensa de los indígenas
norteamericanos, tribus aguerridas y orgullosas que invocan hoy la figura del
mamotreto orinoquense como suya, a pesar de que el reptil andino nada tenga que
ver con la trágica épica de las naciones indias de Norteamérica. Este no es
Jerónimo, seguro; este es el que vende elixires para la mayor potencia sexual,
condones saborizados. De héroe no tiene nada.
¿Entonces
qué, habrá alguien para ponerles la cadena al cuello y que escuchen sentencia?
¿O tenemos que esperar el paso y el juicio del tiempo? Creo que es perentorio,
ineludible, y hay que escribirlo, leerlo, vocearlo. Llegó la hora. Antes de que
la cambien y el reloj corra para atrás porque son capaces de todo en cuando a
invención fatídica.
15/10/18
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 16/10/2018
Imagen: Alfred Kubin
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 16/10/2018
Imagen: Alfred Kubin
Excelente
ReplyDeleteGracias, Wálter.
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