Thursday, May 20, 2021

La Musica Della Mafia


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

El sello PIAS sacó hace un mes un nuevo disco compacto. La musica della mafia (Il canto di malavita). La compilación reúne música popular de Calabria. Canciones de la 'Ndrangheta y la Camorra.

La palabra camorra, camorrero y otros derivados, tienen su origen en esta organización secreta.

Las líneas de Chorra, tango de Enrique Santos Discépolo, dicen: “está en cana prontuariado como agente de la Camorra, profesor de cachiporra, malandrín y estafador”. Calabreses son algunos personajes de Los siete locos, de Arlt. Buena parte de los inmigrantes en el Río de la Plata llegaron de Calabria trayendo consigo sus organizaciones clandestinas.

Siguiendo la tradición medieval y renacentista de los trovadores, los cantores de la mafia trashuman los pueblos montañeses de Calabria, glorificando en su canto un modo de vida que se precia por sus códigos de honor y de silencio. Es la primera vez que se los compila y se los pone en el mercado mundial, aunque en el ámbito local son extremadamente populares y circulan oralmente y en cintas grabadas por las ferias de la región.

Los músicos utilizan sobre todo el acordeón y la tamborina. Las canciones van desde las tristes y nostálgicas de la cárcel, las del poder de familias que dominan pueblos enteros, mafiosos como héroes mitológicos, hasta las tonadas de amor. Francisco “Ciccio” Scarpelli, quizá el más famoso intérprete de los cantos de mala vida, pereció asesinado en 1971 por enamorarse de la querida de un mafioso, rompiendo las reglas de respeto, sumisión y lealtad esperadas.

Cada país tiene sus cantos alegóricos de la vida “mala”, crimen, puterío, traición o el penal: el viejo tango argentino, plagado de cuchilleros, meretrices y dobles sentidos de alto contenido sexual; los narco-corridos mexicanos y su cantor favorito, Chalino Sánchez, muerto también de forma violenta; los forrós nordestinos del Brasil y sus cangaceiros. Aunque quizá la música más cercana a la de este disco sea la rebétika, o rembétika, griega, de los hombres duros en la anciana Istanbul y la antigua Salónica.

El rap de Norteamérica, ya viciado y dominado por la sociedad de consumo, dejó de ser canción marginal para convertirse en una parodia donde negros cargados de oro, que simulan ser pobres o rebeldes, denigran a las mujeres de su raza.

Sin prestar atención a mafioso alguno, debemos decir que este compacto es bellísimo y no cuesta adivinar que el mérito de la música no pertenece al crimen sino al arte.

09/10/2002

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Publicado en MIRANDO DE ARRIBA, OPINIÓN, 10/10/2002

 

 

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