Monday, June 3, 2013

Notas sobre Yo, el Presidente


Yo, el presidente, de Víctor Hugo Romero Noya, comienza como una novela que se nutre de la realidad política actual. En un momento, su personaje presidencial parece ser el alter-Evo. Vale como práctica literaria la aprehensión de lo que se necesite para hacer un objeto de arte. Y el momento boliviano es ideal en la elucubración de ideas respecto del poder y sus alcances. Buena parte de la obra pasa en ello, en las reflexiones de uno u otro, sobre el tema.

El presidente y su entorno, con matices acentuados en un par de personajes cercanos; un policía y la soledad del suyo, con su trabajo, investigación y la perspicacia para desentramar un supuesto magnicidio que se va gestando. El libro irá en péndulo entre los dos, el mandatario y el investigador, para darnos como resultado un inesperado fin que decora este libro de inteligencia y humor negro, cosas, ambas, indispensables para el ejercicio del poder. En el detalle de este monólogo a dúo, más que político, gobernante, se irán diseccionando los vericuetos del arte, o la mentira, de mandar.

En principio el lector creerá que el autor lo guía hacia tendenciosas páginas que ocultan un pronunciamiento al menos sentimental sino ideológico; se equivoca, es parte del divertimento. Como a mitad del libro la investigación del posible asesinato del presidente avasalla el antecedente del discurso sobre mando, situaciones económicas, voto popular, ambiciones, etc., parte que no podemos desdeñar ya que sin ella el epílogo carecería de sentido.

Novela policial tanto como reflexión de la adicción y enfermedad del poder. La realidad no siempre es la que se ve, suele esconderse. El novelista recurre a la ficción para desnudarla y, por qué no, incluso desencadenarla para alivio nuestro.
2013

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Parte del texto en la contratapa de Yo, el Presidente, novela de Víctor Hugo Romero (2013)

Fotografía: Portada del libro

2 comments:

  1. un tendencioso divertimento d humor negro e inteligencia..; suficientes excusas pa desnudarle las hojas y adueñarse d la historia. COntagiante apreciación de lo q sin duda debe ser un buen libro para gozar una buena lectura. Saludos cordiales, Claudio.

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  2. Un libro interesante, no hay duda, que ha sabido aprovechar la época. Ya lo verás. Saludos también.

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