Tuesday, October 18, 2016

Los mil años de Evo Morales/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Como para Hitler, parece que el milenio evista se evaporará en el sol. No necesitará guerra: hay mil años y mil años, vanidades gigantescas de amplio estrado y megalomanías no acordes con la pequeñez de su espectáculo. Claro que la bacteria populista no ceja y se multiplica por todo lado. La extrema derecha masista se refleja en la europea, en la actual estadounidense con el monstruoso Donald Trump y solo es cuestión de tiempo, como sucedió en América Latina, en que el fascismo “electo” se encarame y desvanezca la esperanza de que un día mejoremos. Al menos existe la satisfacción -entre nosotros- de ver derrumbarse ídolos de barro cada vez.

Asquea el circo en que la elección norteamericana se ha convertido. Con Sanders, también populista aunque de otro rebaño, se discutía de asuntos trascendentes para cualquier nación. Con Trump no se discute de nada, se chismea, inventa, difama. Sus apetencias sexuales, ídem a las del glorioso curaca, lo reafirman entre una grey de excluidos, arribistas, maniáticos, lambiscones y maleantes. Da para pensar que los religiosos conservadores del norte, tanto o más fanáticos que los musulmanes del Estado Islámico, condonen las acciones del candidato republicano y presten oídos sordos a lo que para otros pecadores significaría infernal condena. Poca solidez de creencias e ideas. Mucho subjetivismo interesado.

El presidente boliviano, el mismo que desliza dedos regordetes en costados de reinas de belleza adolescentes, entre “trivialidades” peores, se desespera por hallar la piedra filosofal. De inicio creyó en un aura mágica, en la protección de dioses ancestrales que devinieron pilares de su total ausencia ideológica, sustentos del aire. País de magos y de cojudos, qué lástima, se permitió esta burda hechicería que aspira a convertirse en eternidad. De eso se aprovechó, del cuenterío fantasmal de los mestizos perdidos en sus propias sombras. Tuvo la destreza de captar estas ambigüedades y utilizarlas en su beneficio. Ahí le añadió hinojo y sulfuro, alcohol y sobre todo coca. Tejió su milenio en base a productos que perecen, en apariencia. Detrás estaba el conjuro del narco, la sostenibilidad -no eterna- de la droga.

Tiene suerte el Amo, y apoyo de personalidades para quienes tal vez no sea otra cosa que un divertido muñeco del folclor local. En suma a quién le importa lo que nos pueda pasar. La importancia de Bolivia no excede un mar salado y la posibilidad de conseguir buena cocaína a excelente precio. Fuera de ello, nada. La parafernalia que lo rodea, los mitos formados y el aura novedosa de cambio, no existen. Hay un pajpaku disfrazado y una corte de milagros con aires de carnaval. Incluso así, con una farsa, se adueñaron de un país y lo expolian hasta el cansancio. Pero hasta para los bufones viene la realidad, y esta se acerca peligrosamente a la cueva de la alimaña de donde la sacará obligada y por fuerza.

Expliquemos: la droga del Chapare es algo real, pero incluso ella no puede sostener por sí sola un enrevesado complejo como viene a ser un país. Es temporal la situación de creer que un Estado es un sindicato. Ahí radica la debilidad del fascismo aymara. Cuando este elemento pierde, o va perdiendo, puntales que lo sostenían, tropieza con que la única alianza que pronto ha de quedarle es la de la ilegalidad. En ese momento asoman los problemas, y vecinos como Chile, Argentina y Brasil comienzan a vocearlos por el mundo. Cualquier intento de subvertir el desenlace fracasará: el juicio de La Haya, el Silala, el gas, todo. Evo Morales se va quedando solo. Si fuese Carlos V, emperador, podría darse el lujo de la melancolía, de purgas sangrientas y ventosas para el alivio. No lo tiene.

Como dice Roberto Saviano, nada va a detener el negocio del narco. Este buscará sus propias respuestas que no pasan por individuos ni dioses. Comprenderlo diferente acarrea desgracia. Hay gente que tuvo la oportunidad y la despreció. Allá ellos, que mal rayo los parta.

17/10/16 

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 18/10/2016

3 comments:

  1. Es evidente que el folclórico Reich aymara se tambalea por haber erigido el tinglado sobre bases ideológicas que son solo humo de colores y confetis, que distraen al vulgo por un tiempo, pero no se puede vivir de espectáculos permanentemente. Llega el momento en que hasta los bufones ponen cara de serios por fuerza. Como se acabó el chollo de las rentas de los recursos naturales, los aliados clientelares poco a poco se hacen a un lado o se vuelven encarnizados enemigos (como los cooperativistas). La “década dorada” que supuestamente había puesto al país en vías de los países industrializados (con Linera jactándose de que pronto nos igualaríamos a la economía chilena), fue otro ingenuo y disparatado sueño con fuegos artificiales chinos. De esa supuesta grandeza alcanzada qué mejor ejemplo de chapucería que la mostrada por el colapso del escenario en Santa Cruz para recibir a los de Aerosmith. No estamos listos ni para organizar conciertos importantes y ya nos creemos hasta potencia espacial. ¡Qué divertido es este paisito!, dirán los de afuera. Saludos.

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  2. NADA PARA AGREGAR. INSPIRADO HAS ESTADO, QUE BIÈN LO HAS REDACTADO Y QUE CLARO HA QUEDADO.

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