Tuesday, May 5, 2015

¿A quién beneficia el mar?/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Después de tanta tortura mediática al respecto, al fin se oirán alegatos en La Haya. Los doctorcitos altoperuanos se relamerán en su larga tradición de aviesos. Poco debe esperar el país, porque en ningún momento es el sustantivo que pesa. El pretexto, sí, pero nunca el beneficiario. Hay juego de política y otro mayor de intereses económicos, panorama en el que Bolivia está de lado. Morales & Cia. tienen mucho que ganar, pero los lustrabotas o las mujeres de negro de Carpani, Challoma o Coyuna (provincia Bolívar, Cochabamba) que corren a las ciudades a extender la mano, nada.

El mundo sobrio olvida reclamos territoriales, tal vez justos, en aras de una coyuntura nueva, diferente, globalizada, donde los nacionalismos vienen, como siempre, a ser un énfasis retrógrado. No imaginamos a México pidiendo Texas (por circunscribir cortamente sus posibles e inmensos derechos), ni a Alemania reclamando Alsacia, o Dinamarca Schleswig-Holstein. Los señores de arriba -a los de abajo no se los considera tal- elucubran acerca de las posibles ganancias y arrojan salivazos patrióticos para que se resbale en ellos quien no tiene nada. Así se concede al mísero la posibilidad del azar, aunque este albur luego lo soslaye sin misericordia. El mundo ebrio no; continúa con la vieja estratagema: está Crimea para mostrarlo.

Pareciera que no se pide mucho: un pasadizo soberano para en su extremo, en la costa, levantar barracones y muelles cuyo único destino será -siendo realistas- el de trampolín para el tráfico de cocaína. Ya se intentó por el oriente, con la vergüenza del TIPNIS; allí se olvidó la Pachamama, se le quitó la identidad de ser vivo a la Madre Tierra porque los insignes cocaleros deseaban (y lo están haciendo) expandirse para fortificar su imperio de infecto lodo con dinero fácil. Bien se denominó a este proyecto la rodovía de la cocaína. Lula y otros, en Brasil, y los conocidos de siempre en este lado, apostaban al fantástico negocio con una retórica de progreso y bienestar. Sigue pendiente.

Ahora viene el mar. Los cárteles de la droga y los vanidosos representantes bolivianos sudan como vírgenes ante el primer coito. De solo imaginar un pase libre hasta el Pacífico, sin trabas ni control, se marean. No es para menos. Ya hay vocerío demasiado grande como para decir que es chisme, acerca de vuelos entre Chimoré y Maiquetía. La droga boliviana incluso salió con el Dakar. Se la descarga en Senegal y se la cotiza en Rumania. Cierto, tienen razón los adláteres del régimen: jamás habíamos llegado tan lejos. Cualquier pantalla resulta buena para distraer, porque detrás de bambalinas son pocos los iniciados. El bendito océano, más bien fatídico en este supuesto futuro, cae al pelo, es todo lo que necesita el curaca que posee esta tierra nombrada Bolivia, para matar dos pájaros de un tiro, o, tal vez, para matar todos los pájaros. Triste error, el mismo que poblaba ya las tragedias griegas, de imaginar infinito donde solo hay una clepsidra.

Nuestro producto estrella de exportación es la droga. No mienten los jerarcas, se necesita el mar para exportar. ¿Quinua? De ninguna manera. Ya nuestra capacidad exportadora de quinua ha sido avasallada por los peruanos. Genetistas del norte están viendo en cómo hacerla crecer a nivel del mar, año redondo. ¿Litio? Ni los pañales hemos sabido doblar. Lo mismo de siempre: de la plata quedó Aniceto Arce y su fortuna; del estaño, Patiño y su fortuna; de la cocaína… hay nombres que se funden en letras de oro…

No hay que olvidar el pasado. La memoria es un arma que bien usada da frutos. A la mala resulta en carga.

No hablo de Chile ahora sino de nosotros. No me importa lo de Chile, allá ellos y su propia perspectiva. Muy pocos se beneficiarán si un día las olas golpean un suelo falazmente llamado “nuestro”. Este es baile de poderosos y los de abajo no danzan en este ruedo.
04/05/15

_____
Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 05/05/2015

Imagen: Manga de Katsushika Hokusai

7 comments:

  1. Gracias por haber dicho lo que es obvio...
    y saludos desde un país sin mar que no tiene por quejarse; 40% del import-export pasa por el rio navegable entre Rotterdam y el puerto fluvial tripartito de Basel

    ReplyDelete
    Replies
    1. Gracias. Nadie lo dice por escrito en el país. Es un tema que tratarían como "traición a la patria". Los elocuentes "marxistos" se llenan la boca de "patria", "Papa Francisco" y etcéteras que desdicen la seriedad de su ideología, si la tienen. Seguramente las ganancias lo valen... Saludos.

      Delete
    2. Totalmente de acuerdo!

      un saludo....

      Delete
  2. Poderoso y valiente. Abrazos, querido Claudio.

    ReplyDelete
  3. Maravilloso, camarada. ¿Me permitirías citarte en una eventualidad observación personal sobre el asunto?

    ReplyDelete