Tuesday, September 6, 2016

Luego de la muerte de Illanes ¿quién garantiza a los cortesanos del MAS no ser los siguientes sacrificados?/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Los mártires son fáciles de conseguir y difíciles de deglutir cuando envejecen y se ponen rancios. Triste labor que en primera instancia es loada como piedra fundamental de lo que fuere, luego olvidada y al fin denigrada. Cuando uno piensa en los desaparecidos argentinos, por miles, y luego observa la rapiña de quienes se elevaron en su nombre, no puede no preguntarse si valió la pena. A eso, mejor envejecer…

Pero es parte del espíritu humano, de su lírica y de una estética trágica, además de justificaciones de tipo ético, el marchar al matadero incluso con alegría. No hay otro animal con semejantes características suicidas, creo; no soy biólogo.

El caso del doctor Illanes, viceministro del “proceso de cambio”, fotografiado haciendo el ridículo gesto del puño izquierdo en alto y la palma derecha en el pecho (mezcla del republicanismo español con la espiritualidad imperial yanqui) es distinto. Dudo que jamás creyera que le iba suceder lo que pasó. Confió en el aura mesiánica del líder supremo, dícese Evo, y fue a meterse en una guarida de hienas cobardes, como suele ser el boliviano gregario y alcoholizado. No contaba en que iba de conejillo de Indias, y que el supremo ni siquiera cavilaba para traicionarlo. Tremenda denuncia porque implicaría premeditación por parte del gobierno para asesinar. Tal vez, nunca lo sabremos, el plan se desarrolló de acuerdo a las circunstancias. El video del pobre hombre pidiendo socorro en medio de la feroz algarabía de los borrachos lo sugiere. Está allí rogando por ayuda que no recibió ni parece que fue pensada. Se había ofrendado él mismo en aras de la eternidad… no la suya, la del otro, el inconmensurable.

El casi monstruoso ministro de gobierno, imaginado por la pervertida maledicencia opositora como un Gollum andino por su fealdad y su bajeza, y a quien estaba dirigida la llamada telefónica de Illanes, ya inventa retruécanos y tropos (Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?, escribía César Vallejo). El curaca a pesar de que sufre de logorrea crónica no ha hablado demasiado. Deja, porque hasta en su Olimpo se ha dado cuenta que metieron la pata, a subalternos descargar el cieno y recibir el fuego. Sacrificar llamas en el altar pachamámico, u hombres, no significa mucho para él, no por íntima convicción de la llegada del Pachacuti sino con la certeza de que ha sabido calar hondo en la mentalidad de una nación de ilotas, de ávidos comerciantes, de asociaciones viles y cobardes escondidas bajo el emblema de “movimientos sociales” y hacer lo que le dé la gana en su único beneficio.

¿A quién culpar, a la historia? ¿A la larga concatenación de abuso y esclavitud? Evo Morales representa lo peor del pueblo boliviano, por tanto lo más querido. Amamos la tristeza y el doblez que nos caracteriza, nos creemos pendejos pero somos velocísimos en agachar la cerviz y golpear de atrás. Encima nos justificamos. El “proceso” no es la compleja maraña político-étnica-racial que imaginan los gringos. Es la coronación de la viveza (criolla) en un estrado hasta ahora rico y poderoso. Travesuras de niño perverso, acomplejado.

A lo que voy es a que ya carneado Illanes en el mercado plurinacional, en la juntucha de matarifes y ningún revolucionario que este pomposo nombre cobija, debieran los palaciegos preguntarse si pueden confiar en su líder, si no llegará el caso en que -otra vez- para beneficio único los entregue a la furia popular con ánimo de ganar dólares, adeptos, o tiempo.

Lo bueno es que está acorralado, que tiene muchas horas aún por nuestra condición ya descrita, pero que el mito de su supervivencia extrema terminó.

05/09/16

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 06/09/2016

Imagen: Rito de la Wilancha (Foto Ramiro Zalles, 2010)

5 comments:

  1. El único cambio que viene dándose en este mal llamado "proceso", tal como testimonia el funesto ejemplo del señor Illanes, es el recambio de piezas: muere o cae en desgracia alguno y al poco rato es reemplazado por otro, tal cual vulgares piezas de la infernal maquinaria que ha montado el règimen para sustentar el negocio. Gobierno de fusibles y piezas sacrificadas tenemos. Pobres infelices que siguen creyendo en la infabilidad del amo cocalero, sin que a este le mueva un músculo de la cara por su suerte. Bastaba un telefonazo del caudillo a los dirigentes cooperativistas para salvar a su viceministro pero no le importó. Suena risible la excusa de su escudero Romero de que hacían falta cinco mil policias para montar un operativo de rescate. Cualquier cortesano debería ponerse a temblar, incluyendo sus cercanos ministros. Las ratas no saben de lealtada.

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    1. Yo también me equivoqué: en lugar de leer "replies" leí "reptiles". Sintomático ¿no?

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  2. Los culpables ya han sido descubiertos: "Página Siete", los discapacitados, las mujeres creando conciencia, el grupo no a la tala de árboles, los niños vendidos en la frontera...etc

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    1. Por supuesto, una grande y funesta conspiración pagada por Wall Street.

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