Tuesday, November 22, 2016

Después de Evo Morales/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Casi decir después del infierno.

No necesito retomar Tribus de la Inquisición, terrible y estupenda crónica de Roberto Navia Gabriel, para saber que el linchamiento se institucionalizó en el país luego de que este cobarde (Morales) se posesionara de todo poder, y dicen que de toda falda y pantalón. Ese un detalle entre la multitud de saqueos, violaciones, felación y demás asuntos a los que se sometió al país, de nombre femenino, Bolivia, y con el mismo estigma que ese género tiene en un imperio de “machos” (bien entrecomillado).

El panorama entero está a disposición del curaca, se lo cree él y lo permite un paraíso de ilotas, encorbatados y ojotallados. Hasta la magnificencia del Illimani, nevado también condenado a perecer, no se salva de su ambición. Los “hermanos” plurinacionales creen, en supina ignorancia, que lo que hay es para tomar y que el expolio de los recursos naturales no tiene consecuencias. Lo único que alega el gobierno, en boca de su asno predilecto, Álvaro García Linera, es que nadie sabía nada, que ni dios-Evo lo escuchó, ni ningún otro jerarca. Quien tiene culpa en este país es siempre el segundón, el terciario o el cuaternario, aquel de no mayor interés a tiempo de juzgar. O, otra vez en labios del jumento ensalzado a inteligente, para admitir que hay cambios, basta decir que “la Pachamama otra clase está”. El maestro hablando a los pupilos, el patrón a los pongos, el tuerto a los ciegos en un lenguaje que entienden. Y tanto pupilos como pongos y ciegos “bien nomás se están”.

España perforó, como gusano material que era, el Cerro Rico. La culpa es de los peninsulares, entonces. Igual a Donald Trump, Evo Morales halla culpas en los demás y jamás asume errores. No son posibles equivocaciones de los achachilas y menos de los amautas aunque se dediquen al próspero y fatídico negocio de la cocaína. Es que la cocaína es sagrada en tiempos del presidente. El alimento de hoy se lo debemos a la madre coca en polvo, amén de a las mafias internacionales que cuentan con el país como su propia meretriz descarnada y morena. El mayor defensor de la madre tierra, el más egregio nacionalista, el non plus ultra no pasa de monigote de los traficantes que lo ceban como a oca y le hacen la permanente al cerdaje que florece en su cabeza. Bien nomás nos estamos ¿no Alvarito? Se oye de fondo la manada mugir en el teatro.

Decíamos del Illimani. Cosechan oro y bismuto allí, dicen, los chinos. Y el amo, el lustrabotas de los chinos, continúa engordando. Será que llegará un día de fiesta en que lo serviremos en bandeja made in China con manzana en la boca y zanahoria en el culo. Quizá. Quizá. Mientras tanto “nos estaremos”, a usanza del léxico linerista hasta que no quede nada que explotar, las mafias nos dejen en la estacada a manera de novias no vírgenes, y listo. Un día en que los alumnos se hagan maestros, los pongos gente y los ciegos tengan anteojos.

Antes habrá caído el Madidi, secado el Tipnis, derretido el Ande. En ese momento, que va a llegar antes de lo esperado, se tiene que estar atentos para no dejar escapar a ninguno de los secuaces, y menos a los dirigentes. Nada retornará lo perdido para siempre pero habrá que sacrificar en altares improvisados a miles de bellacos para al menos dormir con conciencia que pueda, tal vez, eludir el hambre.

Va a ser tiempo de castigo para la población, hora de llanto y desespero. Que al menos los comerciantes, los que dieron la tierra por treinta denarios, reciban su parte del pago. ¿Ánimo de venganza? Un poco. ¿Fatalismo natural? Seguro.

Ora Pro Nobis.
21/11/16

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 22/11/2016

Imagen: Paul Nash/Battlefield, 1917




2 comments:

  1. “¿Qué le preocupa, presidente?” , le preguntó el canciller al jefazo al verlo tan ensimismado en el paseo que estaban efectuando, el domingo pasado, en una de las cabinas del teleférico paceño. A lo que el amo respondió que los campeones de fútbol de los juegos plurinacionales querían un cuadrangular con equipos de la liga profesional, y ese asunto “hay que ver” , remarcó como si fuera una instrucción a sus cortesanos. Todo eso se dijo en televisión abierta, en plena crisis del agua y con los paceños haciendo cola con sus tachos y bidones. Una muestra más de que al caudillo le importa más sus tardes futboleras que las reales necesidades de la gente. Y el colmo de la desfachatez fue escucharle días antes, que gracias a la prensa se había enterado de la escasez en la urbe paceña, pues parece que a él los ineptos encargados de Epsas no le racionaron en ningún momento, como aparentemente ocurrió con el compungido García Linera que confesó que no se había bañado durante tres días. La Pachamama agradece sus esfuerzos heroicos, seguramente. Dan ganas de aplaudir por esta nueva función del circo. Saludos.

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    1. Impresionante, José, de no creer. Yo ando algo distraido con lo nuestro porque el circo que se está montando en USA con Trump excede cualquier imaginación. Estamos ante el nacimiento de una nueva monarquía. Veremos cuán sólidos son los fundamentos de la constitución norteamericana para frenarla. Saludos.

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