Tuesday, January 31, 2017

Heil Trump!/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Pido a Ligia que anote el detalle de los productos alimenticios que compra el sábado. Se centra en las frutas y me alarga el papel con 7 de ellos y su lugar de origen: pepino, de México; moras, de Chile; piña, Costa Rica; plátano, Guatemala; palta, también de México; mango del Perú y tomate mexicano. Buscamos los mismos pero producidos aquí, en los Estados Unidos, y no los hallamos. Cierto que aparecen, de cuando en cuando, como paltas californianas, naranjas de Florida y frutillas y otras bayas, tomates… Simplemente que el precio, por ejemplo de las fresas, debe incluir el salario de los que las cosechan, braceros mexicanos o centroamericanos, que a pesar de no ser pagados como lo sería un trabajador local (inexistente), reciben mucho más que los de su gremio al sur del río Bravo.

Trump construyó su imperio de bienes raíces con brazos mexicanos y acero chino. Poco de nacionalista en ello: la plata vale más que la patria, lo sabe bien.

Sin embargo, su péndulo racista va de somalíes a chihuahuenses, fuera de control, secundado en todo, así a escondidas disientan, por los líderes republicanos Paul Ryan y Mitch McConnell, gusanos de cuero duro. Estos individuos, entre una multitud lacaya, y cipaya, sonríen ante la inminente destrucción del sistema democrático de los Estados Unidos, contra lo que pregonan. A decir verdad, demasiado ha aguantado ya esta sociedad cada vez más diversa para caer en el lodo del populismo latinoamericano. El famoso, e infame, slogan trumpista de Make America Great Again tropieza con la burda realidad de la caída de la potencia hacia el Tercer Mundo. Allí, según lo usual, los  amos protagonizarán en el escenario, la riqueza estatal caerá en bolsillo propio y las dinastías han de comenzar a formarse al mejor estilo de Somoza/Ortega y la desfachatez enferma de Evo Morales.

Todavía es temprano para establecer fundamentos monárquicos, pero desde las primarias hasta el triunfo por la presidencia, Donald Trump ha incluido a su progenie, y al millonario hebreo y yerno suyo, Jared, en el espectro del mandato. De ahí a elucubrar hacia Ivanka I, Jared el Primero, Donald el Segundo y Eric el Bravo (mata animales con su hermano en África, de lejos), hay un paso. Habrá que fundir el oro de Fort Knox para trabajar semejantes y tantas coronas. Quizá, en este hipotético y posible futuro, Mitch McConnell (senador casado con la china Elaine Lan Chao, ministro del actual gabinete) haga las veces de solícito eunuco. El rostro lo acompaña.

Ando pegado al televisor porque este tiempo horrendo es fascinante. Olvido por el momento a Evo y Alvarito, insectos de poca monta, para observar lo que pasa y lo que se cocina. Al parecer desde el 20 de enero hay circo cada día. Ya aparece, muy temprano, la trompa alargada del presidente dictando en un lenguaje muy básico sandeces que repite más tarde Spicer, allegado de prensa, de quien ya no muestran los calcetines rosa que usaba en las entrevistas antes de convertirse, creerse, capitán de SS.

Recuerdo las imágenes infernales de El hijo de Saúl, película húngara de László Nemes: lanzallamas, tiros, desnudos, alaridos de mujer en la noche polaca y advierto a los que me escuchan que algo similar se está gestando en los Estados Unidos de Donald I. Lo predijo Kurt Tucholsky en Alemania y no le creyeron. Esos hornos y grupos de sonderkommandos lavando los fétidos rastros de los asesinados viven activamente en la mente de personajes como el alcohólico Stephen Bannon, elevado esta semana al cargo más alto de asesor de seguridad, quienes sueñan con amplios campos de muerte donde se pudran musulmanes y latinos (como extensión de mexicanos).

Por ahora les cuesta. Hay protestas y durísima oposición de la prensa. La perspectiva puede cambiar cuando Trump ponga en línea furibundos conservadores en la Corte Suprema. Viene el tiempo de resistir y atacar. Si retornan los hornos, que pueden, habrá que inaugurarlos con sus creadores antes de que sea tarde.
30/01/17

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 31/01/2017

Imagen: Graffiti en Atlanta 

4 comments:

  1. Resistir y contraatacar. Para eso estamos. Un fuerte abrazo, querido amigo.

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    1. Hay una fuerte oposición entre la juventud, Jorge, debemos por ahora aferrarnos a esa esperanza. Sin descansar, por supuesto. Abrazos.

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  2. Habrá que ver hasta dónde puede llegar Trump con sus arremetidas. Las respuestas de algunos estados, como California, contra sus políticas migratorias parecen una buena señal de que los contrapesos institucionales todavía funcionan. A diferencia de nuestras republiquetas populistas, dudo mucho que la mayoría republicana se mantenga callada o contemplativa ante las locuras que se propone el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Algo de mesura tiene que haber en el país más poderoso del mundo. De lo contrario, saldríamos perdiendo todos. Saludos.

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    1. Esperemos que sí, José. California, Nueva York, y algunos otros mantienen la esperanza de que no será tabla llana para el nuevo fascismo. Hay mucho por ver todavía. Lo cierto es que esto habrá destruido, quizá para siempre, una aparente unidad que los hacía grandes. Habrá llegado el tiempo de separarse las piezas. Quién sabe. Saludos.

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