Tuesday, March 21, 2017

El fin de nunca acabar/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Años van en que se esperaba la entonces “inminente” caída de los regímenes populistas  en Sudamérica. Mucho ha ocurrido y en realidad poco. Dilma fue expulsada pero Lula, que debiera estar preso con un par de décadas de cárcel encima, sigue libre y disfrutando los frutos del latrocinio.

Ni hablar de Venezuela, donde Nicolás Maduro baila en la cuerda floja, se supone, y sin embargo, con sus asociados, se da vida de sultán y que bien nos vaya al resto. ¿De dónde la máquina oxigenadora que les permite seguir vivos? La falta de institucionalidad es la respuesta. En países como Brasil y Argentina aquello pareció pintar mejor y sin embargo el lodo que golpea como péndulo entre izquierda y derecha moja a todos, o casi. Resulta que al no haber decencia a simple vista lo más inteligente es remover la sopa solo para que no se queme y no para servirla. Pecaríamos de ilusos al creer que gente como Macri o Temer habría inclinado la balanza. Eso diferencia al sur del norte, Estados Unidos, donde un patán de feria intenta socavar lo poco o mucho de sólido que tiene la democracia norteamericana. A diferencia de aquellos detrás del río Bravo existe allí una larga serie de notables de quienes se puede asegurar honestidad, al menos.

El caso boliviano va por ahí. Cuando las cosas semejan acorralar al régimen este escapa del abrazo como pez gato, de esos que se alimentan de desperdicios en el fondo. Algo sin aparente fin, término. Cualquier cosa puede salir en prensa para desprestigiar al líder y no solo se mantiene este incólume sino afianzado por la masa estupidizada. La crítica urbana, así la creyésemos mayoritaria, no tiene el peso necesario para siquiera investigar los flagrantes actos de corrupción; mucho menos para cuestionar la permanencia de los amos en el poder. Ausencia total de una oposición seria, ausencia, otra vez, de líderes probos y valientes, da largas al asunto, y no será extraño ver al dúo dinámico, Morales-García, abriendo los festejos del bicentenario.

Horas ya en que una comisión de representantes del congreso norteamericano hace preguntas al director del FBI y de la NAS, respecto al “espionaje” de Obama sobre Trump y de las relaciones del presidente actual y sus asociados con Vladimir Putin y Rusia. Cierto que el interrogatorio es ferozmente partidista y que los republicanos quieren centrarse en cosas adyacentes al tema principal (que puede incluir traición a la patria y negocios ilícitos de míster Trump con los oligarcas rusos), pero al menos se airea el conflicto para el público. Es obvio que la chusma “trumpiana”, de escasísima educación y que lleva Biblia y pistola en los calzones como única fuente de conocimiento sacará conclusiones de pobre análisis, pero hay gente, mucha, en el país que podrá definir con claridad de lo que se trata. Es indudable, diré aunque no sea políticamente correcto sin pruebas aún definitivas, que la mafia familiar Trump y Compañía ha tomado la elección como un negocio particular y lo está haciendo de maravilla. Mientras el asno mayor distrae a la opinión pública con ñoñerías y estulticia festiva para las masas, el dinero fluye en inundación a su bolsillo.

En la América “abajo” de vez en cuando hay voces que se levantan, desde hace no mucho debo decir en el caso boliviano, porque antes, pocos años atrás, esa tertulia vociferante -hoy opositora- que incluye políticos, opinadores y periodistas tomaban como pecado cuestionar al señor Morales y al “proceso” en nombre de una parodia de democracia. Está bien, supongo que existe alguna capacidad de aprendizaje en ellos que los llevó a convertirse; eso espero. Sin embargo, duele pensar que se está tejiendo una caída para levantar otra trama igual de corrupta del otro lado. Quizá, retomo a la pérfida China comunista para ello, se necesitará pasar por las armas unos miles de corruptos para aliviar en algo la alcantarilla. Habría que considerarlo.
20/03/17

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 21/03/2017


Imagen: La Avaricia/Jacques Callot

2 comments:

  1. No he visto que se levanten voces cuando el caudillo gastò al menos un cuarto de millón de dolares para ir a Cuba a tratarse una sinusitis y afección de garganta que perfectamente podia haberse realizado en el pais. Mientras el curaca gasta dinero ajeno a montones, hay gente que muere de inaniciòn como la niña de una familia alteña que vivia en la miseria mas absoluta (y de seguro que hay mas casos). Y todavia tienen el descaro de autoproclamarse como el gobierno de los más pobres.Saludos.

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    1. Es que la parodia olvida hasta sus propios engaños y se desenmascara ya ajena a si la crítica ha de notarlo o no. Saludos, José, esperando que retomes tus escritos.

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