MAURIZIO BAGATIN
“Los
hechos de la realidad difieren poco de las solercias de la literatura” - Oscar Cerruto -
Macondo
exagerando, que a Borges les hubieran sido suficientes, si los leyó, cincuenta
años de soledad. Deicidio necesario según Vargas Llosa.
La ya
famosa calle Innominada está aún ahí, a poca distancia existe un lago
artificial; a pocos metros del lago hay las hileras con los tomates de Doña
Beatriz; nosotros la recorremos sin saber cuán famosa sea, cuantos kilómetros
en las mentes y en los recuerdos haya logrado hacer recorrer, esta calle
innominada de un pueblo fantasmal en la memoria de uno cualquiera de nosotros.
Un hilo conecta
lo surreal de lo mítico, aun según Oscar Rivera-Rodas, lo mágico de lo
fantástico, todo lo nuestro, La buena suerte de Costa du Rels, el Altiplano
de Botelho Gosálvez, la Cruz de aldea de Díaz Machicao: realismo mágico
boliviano. Qué decir de Oscar Cerruto, maestro orfebre de letras y de poesía.
Otras
contradicciones y otros sueños acompañarán al hombre, al hombre imaginario de
Sudamérica, con tupidos bigotes y a caballo, armado de pistola y mucho sudor,
de miles arrugas y de una sonrisa para el cinematógrafo europeo, para el gringo
feroz y para el gringo viejo, Ambrose Bierce u otro aventurero o loco.
Para el mito y para la injusticia de siempre. Mañana, ojalá, literatura
mayúscula. Aun mejor si es belleza.
Don Joaquín
Ferrufino, sobrino de Don Rómulo -epopeya literaria que un mañana
leeremos, reconociendo nuestra Historia- hablaba de los militares, para él unos
puchuchuracos, tal vez inútiles, sobras de una sociedad servil y
probablemente uniformados con sobra de milicos gringos… época de Barrientos
Ortuño o por ahí… creaciones literarias hechas de inventos, palabras nacidas de
unos momentos y unos hechos precisos, muchas veces contundentes y fatales.
Siempre reconociendo el pesimismo cósmico o el optimismo apocalíptico del
hombre. Palabras necesarias para la sobrevivencia: el merolico de Rulfo y el
pajpacu para Saenz.
Doña
Beatriz recoge todos los martes con sus manos fuertes y duras, otra vez muy
cansadas, amarros de verdolaga, unos más pequeños de huacataya, los últimos,
que es invierno, de albahaca, unas cuantas hojas de quilquiña, el locoto de
huerta, así con su dureza del valle nuestra llajwa será fantástica. ¿Poderosa?
Le pregunto los miércoles en nuestra feria… un fiftyfifty de phisara de quinua
y de papalisa, mi sajra hora.
¿Qué
realidad compusieron? La armonía de la naturaleza, que acompañaba al hombre
naturalmente violento, una mujer sumisa pero siempre valiente y superior al
infantilismo machista, toda la sangre que recorrió tierras vírgenes, los sueños
de riquezas en oro y poder, ilusiones y creencias, y los ya preparados caminos
al progreso. Magia y mito. Fe mezclada con tribalismos, todas las posibilidades
de las fuerzas del hombre, el dominio sobre lo humano y sobre la tierra. Nunca
el tiempo del Ivy Maraey sino El Dorado, jamás Vico sino un Iluminismo
distópico.
Realismo
mágico, mítico, fantástico, desafiar las fuerzas de la naturaleza con el poder
de las palabras: lluvias interminables y gallos siempre perdedores; mujeres que
acompañen a Anna Karenina en un paseo tropical, hombres en fuga del Doctor
Zhivago.
Los
miércoles, antes del retorno a la calle Innominada, Beatriz se toma su tiempo,
un retorno a la magia de otro tiempo: depositar su pesado k’epi y la mesa en el
depósito del frente, compartir un plato de llus’pichi con otras warmis,
venderles los últimos amarres de perejil o de hierbabuena al atrasado de la
feria, contar su platita, amarrar el bulto sobre su espalda, saludar a todos.
Realismo simple, por eso mágico. Mira a su alrededor, arboles de jacarandá,
molles, los increíbles tajibos, un maravilloso ceibo, todo el verde de la
juventud, todo el verde de su innominada voluntad de vida.
Al coronel
nadie quiso escribirle, Susana San Juan terminó loca, Maqroll sigue navegando y
Gabriela, Doña Flor y Tereza Batista, miles amores en la paz, la miseria y en
la guerra. Realidades en las magias, hoy y siempre Doña Beatriz todos los
miércoles esperando que le pida la poderosa con el fiftyfifty de
phisara de quinua y de papalisa. Nuestras magias, nuestra fantástica realidad.
Junio
2019
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