Thursday, October 22, 2009

¿ALBA de los pueblos?/NADA QUE DECIR


Mi padre traía desde los kioskos de la Plaza 14 de
Septiembre, cada semana, varias revistas: El Gráfico y
Siete Días las que más me gustaban. En Siete Días leí a
Oriana Fallacci en Vietnam, a Silo, que creo entonces vivía
en algún remoto lugar del norte argentino, a excelentes
periodistas que sin duda barrió la furia militar menos de
una década después.
En un número que siempre recuerdo, había un reportaje sobre
la primera reunión de las OLAS (Organización Latinoamericana
de Solidaridad). El reportero hacía énfasis acerca de que
el telón de fondo no llevaba el rostro de Karl Marx sino el
de Bolívar. Y había una silla vacía para el gran ausente:
el Ché (era julio del 67, y Ernesto Guevara estaba en
Bolivia). Asistieron Allende, Amílcar Cabral, Roque Dalton,
Schafik Handal y muchas notabilidades de la lucha por la
liberación de los pueblos del Tercer Mundo. Stokely
Carmichael se presentó como invitado especial en
representación de la resistencia negra en Norteamérica.
Fidel Castro pronunció un memorable discurso de clausura,
donde detallaba las estrategias de lucha de América Latina,
en un pulseo dramático con la línea soviética (Brezhnev) de
coexistencia pacífica; vapuleó con razón al Partido
Comunista venezolano (la experiencia boliviana y la traición
del PC le darían razón).
¿Por qué hablar de aquella conferencia de La Habana? Porque
cuesta no compararla con la cumbre de (la) ALBA en
Cochabamba. No son situaciones similares y las estrategias
son otras, pero hay que mencionar la calidad de ambas y ver
con tristeza que al parecer nada de lo bueno de una se
tradujo en la otra. Hugo Chávez no es Fidel, y sus
exabruptos distan un siglo del arte del sarcasmo y la
política. Pareciera que la revolución embruteció; nada hay
que ligue a los de hoy con los de ayer. ¿A quién vamos a
mencionar a tiempo de hacer memoria, recordando esta cita de
rejuntados? ¿A Evo Morales, Linera, Correa, Chávez?, un
listado de mediocres intelectuales de la mano de una recua
de ignorantes, para quienes la revolución habita en el
enriquecimiento ilícito, en la entrega a las mafias
internacionales, en la apología del pequeño burguesismo
campesino ávido de propiedad privada, en el abuso, la
división étnica, todos asuntos que los deslindan de
cualquier ética revolucionaria.
Eduardo Rey Tristán, de la Universidad de Santiago de
Compostela, dice que en las OLAS había tres grandes temas:
la "lucha revolucionaria antiimperialista en América Latina;
la posición y acción común frente a la intervención político
militar y la penetración económica e ideológica del
imperialismo en AL; y la solidaridad de los pueblos
latinoamericanos en las luchas de liberación nacional". Con
matices, se podría decir que son objetivos aún no alcanzados
y que jamás serán alcanzados en una Bolivia que se convirtió
ya en una gran fábrica de narcóticos gracias a la política
gubernamental, que alimenta el desarrollo de una clase de
oligarcas, mentados como rebeldes y peores que cualquier
fascismo.
Douglas Bravo, el mítico guerrillero venezolano, y mentor de
Chávez en su momento, acusa que el verbo "anticapitalista,
revolucionario y socialista" de Chávez es falso. Habla
(como es el caso en Bolivia) de una "burguesía que se generó
desde el poder". El gobierno de Hugo Chávez, según él, "no
es revolucionario ni socialista, sino capitalista".
Pantomima neoliberal.
20/10/09

Publicado en Puntos de Vista (Los Tiempos/Cochabamba) 22/10/09
Publicado en Semanario UNO, Santa Cruz de la Sierra

Imagen: Jonathan Santlofer/Che-Mantegna, 2009

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