Tuesday, July 24, 2012

Arrojen la primera piedra/MIRANDO DE ABAJO


Leo el desparpajo de Mario Adett Zamora, quien fuera ministro del Interior de Hugo Banzer. Reconoce la existencia del plan Cóndor, de muertos y desaparecidos, deslindando participación personal. Uno pensaría qué talante del individuo éste, pero la historia que vivimos hoy, la farsa como estrado único, da lugar a que personajes de toda laya puedan de frente sentirse orgullosos de un pasado que ha quedado chico, infantil, hasta inocentemente tonto en relación al presente.

Un manifiesto del POR Combate, de 1973, parte de un fantasmagórico Frente Armado Anti-imperialista, califica al individuo de “sanguinario”. Pero la lucha subversiva, casi mítica, como alguna vez la entendimos, ha sido ultrajada, vilipendiada por la realidad. La ardiente verborrea de poristas-combate, con el advenimiento de la democracia, se convirtió en meliflua cantinela. Observé, azorado, que dirigentes de este grupo, que aleccionaban en 1979 a universitarios a empuñar las armas ¿qué armas?, luego de un período de exilio donde disfrutaron las delicias del capital, retornaban para hacerse voceros de la corbata, llenar los bolsillos, encarar la existencia como hurto y disfrute. Adett Zamora y los troskos, la misma mierda. La izquierda derecha, y la derecha derecha.

La época, ésta, ha colaborado aun más a desterrar las siglas que diferenciarían a uno de otro. La lucha de clases ha devenido en carnavalito de coplas y calzones. Cuba, que supuestamente tenía un halo, derivó en incansable pedigüeño. Su líder, a quien no se le pueden negar aportes teóricos y prácticos a la historia social, danza al ritmo de marimbas que tocan otros. El hambre es terrible enemigo, y la revolución cubana ha caído en un abismo que la hermana con pantomimas como la venezolana y que arrasan cualquier elemento épico de su memoria. Lo vislumbró el Che, y prefirió convertirse en icono cuasi religioso pero no en sirviente ni bufón.

¿Por qué no podría Adett Zamora decir lo que le venga en gana? Será juzgado, lo amenazan, pero basta observar la fanfarria de las fiscalías alrededor para descalificar algún proceso. Los Kirchner lo hicieron mejor; habría en su gobierno quien pensara y diseñara una política que en cuanto a castigo a los represores ha obtenido éxitos. A pesar de que la angurria kirchnerista en poco se diferencia de la de los militares de entonces.

¿Qué queda?, o ¿qué nos pasa?, según se preguntaría un comediante mexicano ante el desarraigo de su país, lo intangible de la moral, lo concreto del latrocinio y el estupro. Parecía hablando de nosotros, preguntando por nosotros, ante la desvergonzada desnudez hasta de las apariencias. A los líderes poco les interesa esconder lo que en verdad son. Se defienden con retórica y, para los míseros, juegan todavía la eterna comedia, pero es tan abierto el descaro que en realidad lo que sus actos implican y afirman es que el resto somos una manga de tarados, bola de estúpidos cuya estulticia nos tiene con razón en el lugar en el que nos entumecemos. Ostentan el despilfarro; hacen burla de la pobreza; desdeñan la honestidad. El mundo es nuestro, semejan pregonar, y mesa, silla, sillón, comida y culo. Para ustedes las sobras, inservibles pelones. Y pelones somos porque callamos, porque en este jolgorio caen día sí día no migajas desde los amos que recolectamos. Más fácil lamer que cantar, sentarse que golpear. Ese es su triunfo hoy y lo fue ayer. Para qué siquiera acusar al ex ministro, si resulta también del gremio. La fiesta del Chivo continúa: fiesta de chivitos, o de chivatos. Salud.
23/7/12

Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 24/07/2012
Imagen: James Ensor

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