Tuesday, November 4, 2014

Kobani/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Los peshmerga, kurdos iraquíes, bombardean posiciones de ISIS en Kobani. Nuevas armas, material bélico pesado, que si bien tal vez no cambien sustancialmente esta guerra de posiciones, al menos emparejan el poder de fuego.

La conjura turca para permitir la destrucción de su enemigo kurdo utilizando a terceros, tuvo que ceder a la presión internacional y permitir el paso de escasos refuerzos para los sitiados. Su apuesta por un genocidio que le sería favorable en términos concretos no podrá ser; el hecho de que la ciudad fronteriza se haya convertido en el bastión simbólico de la humanidad en contra de la barbarie, lo ha impedido. Batalla que hoy difumina diferencias que existen. Las posterga, de seguro, pero urge el pragmatismo de eliminar un rival con las peores características del Islam. Mejores los guerrilleros kurdos, con herencia ideológica occidental, que las sombras siniestras del medioevo que han venido despertándose por décadas en la zona y que se materializaron en este espurio ejército de iluminados. Para ellos, de inmediato, el camino del paraíso. Hay que concederles el favor.

La región siempre fue de víctimas y victimarios, pasándose el papel unos a otros según la coyuntura histórica: asirios, armenios, turcomanos, kurdos... Shklovski decía que venían matándose por siglos. Menciona él la cacería kurda de armenios a favor de turcos para sumarlos al genocidio de principios del siglo XX. Nadie habla de ello hoy, pero ese y muchísimos otros conforman un pesado estigma. De todas maneras, a pesar de que quizá no existe allí grupo humano que no tenga tiniebla en su pasado, este nuevo fenómeno fundamentalista no deja espacio para dudas. O el mundo se juega allí, o se abrirá un intervalo aún más oscuro que el de los ayatolas de Irán, a quienes la impericia occidental e intereses comerciales permitieron reinar en aparente eternidad.

La ejecución de una mujer en Persia, ahorcada por haber matado a su violador, es explícita en cuanto al fundamentalismo musulmán. Horrorosos videos de ISIS muestran a sus milicianos degollando mujeres kurdas en Kobani, luego de inenarrables suplicios que permite Alá a los hombres. Esa una faceta de la realidad; la otra, valientes mujeres kurdas formadas en Unidades de Defensa del Pueblo, dispuestas a morir y mostrando a los discípulos del barbado pedófilo que inició esto, que esa condición de la hembra como ser inferior y servil que pregonan no va con ellas. Para responder tienen balas, que ojalá carguen cada una con todos los divinos del planeta.

Barack Obama ha mantenido una posición cobarde e intrascendente. Se ha aferrado a un discurso válido en teoría, pero que no significaba su absolución como potencia. Las medias tintas de su administración enviaron el problema sirio hacia el abismo. No se puede apostar por dios y por el diablo, o no apostar por nada. Hay países que carecen de ese lujo, simplemente.

En Corea del Norte se sigue cometiendo canibalismo por el hambre. Y venta de esclavas sexuales a sus vecinos chinos, para comer. A veces la prostitución es la única manera en que los habitantes de un país pueden sobrevivir. Lo sabemos aquí cerca. Este y demás desastres son el resultado del totalitarismo. América Latina con presidentes eternos se desviará hacia allí. Pueblos gobernados por el Gran Semental, que por estos lares es también el de los Grandes Maricas. No hay que permitirlo.

Por eso Kobani se ha hecho símbolo, fuera de las aspiraciones kurdas de independencia y etcéteras de suma importancia. Occidente debe jugarse allí. Y aunque a pesar de que el exceso de sangre no soluciona mucho o soluciona nada, sirve sin embargo. Con ISIS hay que retomar al mariscal Zhukov antes de invadir Alemania y decir que ante los profetas malditos se debe cerrar el corazón a la piedad.
03/11/14

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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 04/11/2014

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