Tuesday, April 12, 2016

Coca de mañana, Evo por la noche/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Acabo de regresar luego de una larga noche de trabajo. Domingo lo pasé parte en cama y luego en la televisión. No hubo redes sociales ni informativos. Me perdí nada. Hoy lunes abro los titulares de esa región que supongo mía y se encuentra lejana y lo primero que encuentro es una foto del bachiller Sansón Carrasco (léase el Quijote), Álvaro García Linera, que en realidad no tiene un ápice de Sansón y Carrasco no apellida. Le queda el bachiller, que es digno título que comparto.

Decía, pero creo que fue ayer, que el individuo que funge como vicepresidente plurinacional (pomposo fraude), aparecía encabezando un texto donde pide a los niños rezar cada noche a, o pensar en, da lo mismo, “Evo”. Los marxistos de tres por cuatro, no muy afines al compás, guardan tremendo prurito de frailes. Esconden la sotana y andan desencorbatados o descamisados, pero no pueden evitar que sus manos se junten en oración, ni elevar los ojos al cielo buscando no la lluvia que alimenta sino redentor que justifique.

Primero, años ha, fue Choquehuanca, el del reloj volcado que ni de gracia carnavalera sirve luego de un chisporotazo mediático, que afirmó que a los infantes no había de servirse leche sino coca. Ahora, el otro iluminado, despintado en comparación al vendedor de libros aymara, sale con esto. Entonces, el niño boliviano tiene el siguiente futuro: Amamanta con coca porque su madre, de acuerdo al canon masista, le meterá coca hasta por el orto; luego, en la escuela, cuando querrá la delicia de un pan y la suavidad láctea que no tuvo en su progenitora, wiphala rebelde, otra vez coca, acullicada, machacada, líquida, en base, cristal, ala de mosca, hielo, coca ave maría putísima de nuestra revolución.

Choquehuanca y García Linera son adalides de la moda, del lujo, del hotel de primera y las sales de baño que esconden el olor a pueblo. El otro, el amo, ni qué hablar. Peroran, predican, rebuznan: coca a los niños y que muera Dios; coca y que viva Evo, Lucy In The Sky With Diamonds. Demos un par de décadas de este procedimiento alimenticio y espiritual y habrá que poner un muro alrededor de Bolivia porque estará convertida en hospicio. Los atletas ni caminarán, los poetas se untarán riendo en excremento; los militares… de todos modos nunc a ganaron una guerra y menos la ganarán. Solo en el palacio medieval de la fascística bandera azul del MAS, los marranos del milenio nuevo retozarán en gloria.

Anoten el nombre del albañil estrella, Donald Trump, y encárguenle esa pared alrededor del país. Que sea de soguilla, frágil, porque población domesticada no intenta escapar. Menos emigrar.

Decía que alejarse de las noticias, repetitivas, es no perderse nada. Es lo que buscan los tiranos con triquiñuelas conformistas. Hacer tabla rasa so pretexto de igualdad; además, en una superficie llana todo es visible. Mientras más se vea, mejor se controla.

Coca para el desayuno escolar; coca para el almuerzo. Tea time, 5 de la tarde, té de coca. Cuando el niño muerto de hambre, con retortijones en intestino, llegue a casa, pues, coca para la cena, aunque la cena no es tradición de pobres. Así habremos cerrado el círculo y viviremos en el nirvana aymara aturdidos y sin esperanza. Mentira, los apóstoles de traje italiano, zapatos italianos, gomina argentina, ofertarán para la noche al niño Emanuelito de la nueva tradición, ni muy santo ni muy virgen, el bienamado, bienintencionado, Supermán del Poopó, Batman de Orinoca, Hombre Araña de la urdimbre legendaria del tejido andino… Kalimán de los cogoteros de El Alto.

Evo que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino. Ya vino.
11/04/16

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 12/04/2016

Imagen: Fotografía de Roman Calcaterra

3 comments:

  1. Por lo menos el único que no le rezó al Cristo redivivo, al menos no en público, fue el curita Albó cuando le prendían el Condor de los Andes en palacio. Acostumbrados a venias, lisonjas y demás agradecimientos perrunos, fue una escena de lujo ver la cara desencajada de Morales, Linera y el propio canciller cuando el jesuita les dijo que le gustaba ser "librepensante" y dirigiéndose al cacique le exhortó "dejalo al David, despues puedes volver". Quedaron petrificados como auténticos monolitos los falsos profetas, seguramente hirviendo de rabia para sus adentros. Saludos.

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    2. Fue una escena casi gloriosa. De parte no de un acólito sino de uno de los que los creó. Vale, claro. Saludos, José.

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