Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Una amiga
cochabambina, augur, vaticina (textual): “Los días de Evo Morales están
contados”. Estoy de acuerdo. El bocón (hocicón en mexicano) se traga anzuelos
que él mismo arroja. Hay una poderosa sombra gringa que hablando de economía y
Vaca Muerta, presiona a Fernández acerca de su incómodo huésped. Día que pasa,
el ex caudillo va asegurándose un pulcro y terrorífico cuarto en cualquier
prisión federal del norte. No lo llevarán a Guantánamo, donde obligaban a los
árabes a tomar sol en jaulas. Para él le reservan una blanca pieza, como nicho,
a donde no llega el sol. Nunca.
Veremos si
los intereses del país para el presidente argentino son más importantes que la
“merca”, porque no otra cosa es esta protección desmedida que el tráfico de
cocaína. De él se alimentaron los socialistas del siglo XXI; de él lucró Cuba
que armó la parodia del fusilamiento de Ochoa, héroe de Angola. Mucho sufrirán
los “progres” (esa maniática jauría argentina que no aprendió las lecciones de
la historia), cuando la adorada esfinge Kirchner, y el otro, tengan que acallar
al verborreico curaca o sacarlo a patadas. Que se vaya a Corea del Norte, donde
aquel monstruo pondrá al monstruito en trabajos forzados a la primera. Ahí sí
que no habría quinceañeras, u onceañeras; ahí tendría que comerse los labios de
hambre y apreciar el paraíso socialista que pregona. Claro que si el áspid
devora su propia lengua se muere…
¿Qué dirán
las seis federaciones cocaineras del desplazamiento del hijo infecto,
Andrógino, en favor de un economista mestizo? Pensé que los dioses no tienen
celos, pero olvidé los libros griegos. Quizá Evaristo escuchó a Andrónico
hablando en Sucre y pensó que se escuchaba a sí mismo. Para un usurpador de
funciones, duro debe ser que alguien usurpe su tono, su voz, su personalidad,
su mentira. Y eso está pasando. Andrógino es Huevo redivivo. Aprendió y ahora
lo quiere suplantar. El hijo de asesino y violador no es tonto, sabe (por
ahora) por dónde se mueve el éxito. Total al otro, el de rostro demacrado y
tetas caídas, lo olvidarán por una versión más joven. Hasta la Montaño en su
momento lo abandonará, porque (no sé) ya ni de coca la provee para su
insaciable nariz.
No aprende.
Como los progres que no recuerdan a treinta mil cuerpos fantasmas, este olvida
lo que no debiera. Inaugura, nada menos que en Yucumo, Beni, lugar de sus
tropelías, una edificación. Otro punto en contra y van… Los Fernández
discutirán entre ellos qué hacer con el tarado. No bastó la advertencia de la
UCR. Pronto en el seno mismo del peronismo decidirán que fue demasiado. No les
conviene. Ni las bendiciones del papa corrupto lo salvarán. Esa sotana no
esconde virtudes.
A esperar,
no queda otra. Observemos qué sucede esta semana. Más disculpas, quizá. Y la
pregunta de dónde está el guerrero García Linera, o los guerreros hermanitos.
En la guerra de las escondidas. Lógico que tengan miedo, aunque por supuesto
deben estar conspirando porque también extrañan el negocio. ¿Y la lúbrica amante?
También se esfumó. Solo el Tetas aparece y la jode. ¿Será que lo abandonaron?
¿Táctica, estrategia? ¿O lo dan por perdido ya y desean mimetizarse? El borrico
camina ufano hacia la barranca, no sabe que cuando tropiece y toque fondo ya no
servirá para nada. Duro de entendederas, y blando de posaderas. Esperpento
medieval.
19/01/20
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 22/01/2020
Fotografía: Jan Saudek
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