Tuesday, March 2, 2010

Bolivia, un filme de Adrián Caetano/ ECLECTICA


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Navegando en la red, en busca de nuevo cine latinoamericano, tropiezo con una película altamente premiada (Cannes, Rotterdam, San Sebastián, Londres, Huelva) que lleva el nombre "Bolivia". El director: Adrián Caetano. Un argumento interesante: un inmigrante ilegal boliviano en Buenos Aires que trabaja en un café, restaurant, bar en el que transcurre casi toda la cinta.

Fernando Martín Peña, de la revista Rolling Stone la califica como "el más importante filme argentino de los últimos veinte años". Afirmación tal vez exagerada considerando que las décadas mencionadas, ya terminada la dictadura militar, han sido prolíficas en el renacimiento del cine de ese país, con realizadores y realizaciones importantes. Ello no desmerece el trabajo de "Bolivia" que con pequeñas falencias de actuación y cierto inmediatismo falto de desenlace sigue siendo excelente. No significa que Caetano deja la historia a medias, hay un fin -tal vez no imprevisto- que podría haberse desarrollado más. Suele ser que situaciones semejantes se deban más a ausencia de presupuesto que a limitaciones de guión. Algo con que el cine de América Latina debe lidiar a diario. "Bolivia" dura 75minutos, casi un corto metraje, rodada de manera cortada en tres años, con base en un relato de Romina Lafranchini, esposa del cineasta. Caetano tuvo que "prestarse" el local de manera discontinua, lo que quizá le da ese muy sutil destiempo.

Cómo justificar entonces los premios. Porque aparte de las dificultades que implican un mérito en sí, "Bolivia" tiene trasfondo social. Habla del drama de la emigración, de la injusticia, la explotación, el racismo, pero también de la solidaridad. La compañera de trabajo del protagonista -Freddy (Freddy Flores)-, Rosa (Rosa Sánchez), de origen paraguayo, le concede amistad, algo de amor también, elementos claves para sobrevivir en un universo hostil donde los infames policías argentinos tienen el derecho de detener a uno en la calle, revisarlo y humillarlo, más si se es un "bolita", o "negro", o "peruano", "paraguayo", ajeno y distinto a unos supuestamente superiores euroamericanos.

"Bolivia" representa en parte el mundo de Washington Cucurto, el gran escritor negro dominicano-argentino. Cucurto se desenvuelve entre inmigrantes y su jerga extrae buena parte de su léxico del guaraní. Combina la suma de todos los desheredados que en la miseria se hacen uno. Claro que en Cucurto los personajes son desenfadados, atrevidos, sexuales y explosivos mientras que los de Caetano son más bien tristes.

La universalidad del mensaje del filme es esa: la existencia del abuso tanto como de la impunidad. 

Algunos de nosotros, inmigrantes, quemamos las naves no con ánimo de romper con el pasado sino con el de alcanzar la posibilidad de construir otras, nuevas y mejores, como las edificaciones de las que hablaba Durruti, refiriéndose a que los obreros tenían la posibilidad de siempre construir otra vez, mejor, así la burguesía hiciera saltar su mundo antiguo. Muestra el caso de Freddy y, por lo general, de la emigración boliviana, que raramente rompe los vínculos con su nacimiento.Y ahí radica el poder del pobre, así como el sujeto del odio y la envidia racistas que sospechan que aquel que hoy está en el fondo podrá levantarse incluso encima de ellos por su pujanza y sus afectos.

Argentina, como los Estados Unidos, Rusia, Francia, la misma España, sufren el destino de toda nación vieja. Sus tierras son el ámbito por donde habrán de expandirse las naciones jóvenes, se llamen Bolivia, Paraguay, Senegal, México o Uzbekistán. No es siquiera geopolítica, es historia y hay en ella inevitabilidad. Se ve en "La ciénaga", película de Lucrecia Martel, donde la inercia de las otrora clases pudientes y blancas va minando su supervivencia. Una de las protagonistas de Martel, Graciela Borges, sentencia que todo es culpa de los "coyas", como culpa es de los mexicanos en el norte y de los marroquíes en Francia.

"Bolivia" se filmó en el 2001, y jamás la habría conocido sin el azar. Seguro que despertará o despertaría tontos nacionalismos entre connacionales que creerán el filme atentatorio a la "dignidad nacional". Caetano ha hablado de algo de lo que debíamos haber conversado nosotros, hace mucho.
02/11/05

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Publicado en Los Tiempos (Cochabamba), noviembre del 2005

Imagen: Escena de "Bolivia", de Adrián Caetano

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