Friday, March 5, 2010

Eleni/LA VUELTA AL MUNDO EN 80 FILMES


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Theo Angelopoulos/Grecia, 2004


Como es característico en su obra, Theo Angelopoulos abarca en este filme una extensa cronología. Comienza con los refugiados griegos llegados de Odessa en 1919, huyendo del ímpetu bolchevique que aquel año alcanzó la ciudad y donde la familia que encarnará el núcleo principal de personajes se afinca en tierras del norte de Grecia, en el Golfo de Salónica, con un hijo y una niña recogida en las calles de la Odessa desaparecida en una "nube de humo". Termina en la guerra civil de 1949, tiempo de muerte, represión, el país oscilando cerca de la revolución social.

Levantan un pueblo en las orillas del gran río. El ambiente se plaga de humedad. Llueve a mares, a diario. Más que de melancolía el aire se enrarece de tristeza. La música, elemento narrativo vital del director, sólo realza el aura de desgracia que de principio a fin domina la pantalla.


Eleni se llama la huérfana que traen de las orillas del Mar Negro. Niña aún pare mellizos para su hermanastro apenas mayor que ella. Lo hace en la oscuridad de la ciudad de Salónica, a escondidas del pater familias (Spyro) y de la villa. Sus hijos le son arrebatados. Alexis, padre y hermano, es acordeonista notable. Trashuma acompañado de su acordeón con un ímpetu que arrolla el fracaso. Una inorgánica banda de musicantes desocupados intenta ganarse el pan, Alexis entre ellos, mientras Grecia continúa su historia enmarcada en cielos grises, bodegas abandonadas, y agua, agua por todos lados como en Macondo, sin la exuberancia de Colombia, con pena y lasitud.


Muerta la madrastra, que padecía ya de enfermedad, Eleni se matrimonia con el padrastro y huye de la iglesia con su hermano/amante antes de la consumación. Angelopoulos retorna al mito de Edipo donde el hijo mata al padre (Spyro muere de un ataque al corazón luego de intensa búsqueda de su esposa Eleni, al finalmente encontrarla y recibir su desdén). A pesar del título en español ("Eleni") dudo en afirmar que la narrativa se centra en ella. "Eleni" es una historia de hombres, y de hombres músicos. El eterno femenino, con cierta dosis de idiotez o intrascendencia en mi opinión, es causa y furor del desastre. Sólo al final, cuando la tragedia se consuma,abandonada por su amor en viaje por América y esclavizado por las circunstancias que le impiden retornar a ella o traerla consigo (con los hijos, que en un oscuro desarrollo del tema retornan con excesiva facilidad a ellos), Eleni adquiere papel protagónico parcial.


Lo que Angelopoulos consigue es nutrir los ciento setenta minutos de la cinta con admirable poética. Es autor de tomas largas, alargue de perspectivas, de dotar al momento con pesada nostalgia: un músico que toca un antiguo vals criollo argentino de frente a un turbulento mar, a cielos presagiosos, grises. En su avasallante fílmica casi diríamos que los seres humanos pierden su preeminencia y el ambiente toma característica central. Opuesto a lo que un director como Kusturica hace, donde el detalle humano, el diálogo, se torna imprescindible. Conflicto entre prosa y poema tal vez. En Angelopoulos no se pierde el discurso, pero hay largos momentos en que lo único que tenemos son imágenes, elocuentes tomas que dicen o anuncian tanto o más que cualquier verbo. Y la música como detalle adherido al aire, etérea.


Juego maestro de sensaciones. Allí no hay necesidad de personajes notables, el todo llena el espacio. En inglés la película lleva el título de "The Weeping Meadow"; se refiere a un deseo permanente de Eleni y Alexis de caminar hasta los orígenes del gran río, a orillas del cual crece la villa, gracias al cual desaparece en una bíblica inundación. El río nace supuestamente en aquel prado lloroso, donde la multitud de las gotas de rocío asentadas sobre la vegetación forman las aguas.

02/01/08

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Publicado en Los Tiempos (Cochabamba), enero 2008

Imagen: Escena del filme

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