Friday, July 1, 2011

Pobre Bagdad/MIRANDO DE ARRIBA


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Noske y Scheidemann afirmaban que la paz reinaba en Berlín mientras la sangre corría por las calles, venid a ver la sangre por las calles (Neruda), en 1919.

Hoy, el inteligente secretario Donald Rumsfeld asegura que la paz se ha adueñado de Bagdad, que aparte de escaramuzas ya intrascendentes y las manías de algunos exaltados, Bagdad se ha convertido de ser el centro del horror en poco menos que Disneylandia. Los agradables marines reparten dulces a los niños y enseñan los últimos pasos del rock a unos, en apariencia americanizados, iraquíes. El robo, caos, destrucción y fuego en televisión es sólo el deseo unilateral de los medios de comunicación de mostrar un lado del conflicto; difícil sería captar en imágenes la verdadera alegría de un "pueblo liberado". Saddam, que ojalá bien muerto esté, tenía por lo menos el control de la situación. Ahora los vándalos pasean por las calles empujando equipos de quirófano, refrigeradores de los hospitales, piezas de cinco mil años de antigüedad del saqueado museo de historia (que se venderán a los marines por migajas y que en lugar de preservarse como un tesoro invaluable de la humanidad se pondrán en un estante polvoso de Nevada entre una lata vacía de Budweiser y un figurín de plástico de las tortugas mutantes ninjas, o de las ninjas tortugas mutantes o cualquier otra combinación posible). Esa resulta ser la famosa liberación de la capital de Irak.

Una periodista inglesa relataba que había conducido con su equipo por siete horas en las calles de Bagdad sin ver a un solo miembro de la "coalición" y sí una devastación general que no respeta nada. Mosul y otras ciudades menores reflejan un mismo drama, aunque en el norte hay miedo por la presencia armada de fuerzas irregulares kurdas no muy amigables.

Ya se pone el ojo en Siria. Esta vez Hitler viste de norteamericano y protege los intereses de Sión. Contrariamente a lo que parece ser o lo que podría pensarse, Bush y su séquito representan el enemigo mayor que tiene el pueblo norteamericano para su futuro, enemigo incluso más profundo que Osama o Saddam. Quien juega con los intereses nacionales de Estados Unidos no es un esquizofrénico fundamentalista árabe, o un dictador instalado por ellos mismos, sino ese ejecutivo petrolero, vicepresidente además, que se esconde como topo o el aún más peligroso, por lo escaso de su discernimiento, y su violencia, secretario de defensa.
13/04/03

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Publicado en Opinión (Cochabamba), abril, 2003

Imagen: Mosul, diciembre 2007, en una fotografía de Namir Noor-Eldeen, muerto por fuerzas norteamericanas

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