El siempre críptico Evo Morales lo dijo ("la pérdida
en vida") en su póstumo homenaje a Hugo Chávez, mentor suyo y de una
extraña amalgama política que dio en llamarse Socialismo del siglo XXI, espacio
donde se aglutinan los más dispares elementos ideológicos, desde santones hasta
los hermanos Castro, pasando por vírgenes, las extremas derecha e izquierda y
toda una variopinta galería dispuesta para un cuadro naîf.
¿Murió Hugo
Chávez? Si ya estaba muerto, solo que no sabemos desde cuándo. Vale, sin
embargo, para la cronología, el 5 de marzo, para que se anote en los libros que
desdeñarán la farsa en que se envolvió la enfermedad y desaparición del
personaje y se centren en una fecha. Ha entrado ahora al índice onomástico de
santos, y está bien; como santo no tiene poder sobre la vida humana, se ha
hecho inocuo.
El panorama lejos
está de ser legado de un gran hombre. Comienza la debacle económica de un
pueblo endeudado, sobre todo a los chinos que nunca dejan de cobrar. La
situación política, descartando por el momento a la oposición, va a ser la lid
de dos mediocres, Maduro y Cabello, el “maduro descabellado” que no augura
sensatez y que si se desfasa va a traer un baño de sangre en el a partir de hoy
desunido Partido Socialista Unido de Venezuela. Un gran hombre deja secuelas,
rastros, ejemplos. Un bufón solo castillos de cartas que se desmoronan al soplo
de tan solo una brisa, peor de un huracán.
No se podía
mantener por mayor tiempo lo que todos sabían o sospechaban. Y en ese tire y
afloje entre mentiras y más mentiras, que incluyeron maratónicas horas de
trabajo, ejercicios, fisioterapia, cualquier cosa que dijeran sus compinches
desde La Paz o el “madurazo”, para soslayar lo inevitable, fueron
desacreditándose. En primera instancia, en el quizá genuino dolor de gente
pobre que creyó en el comandante, la efervescencia chavista tardará en
frenarse. Poco tiempo, porque ya se alistan paquetes económicos, otra vez, que
se tildarán de ataques del imperio que ahora sí despertará. Con ellos y con la
pelea de perros que va a destaparse, por migajas de poder y entre rojitos, los
segundones irán perdiendo terreno. La oposición supongo que sabrá esperar y no
inmiscuirse en luchas de sucesión. El tiempo corre y no favorece a los
sirvientes.
De Cuba llegó a
Caracas un fantasma, que no era el del comunismo. Un halo que se fue diluyendo
hasta evaporarse. Así quedaron los sueños de eternidad de Chávez, milico que se
pensó dios. Terminó por “perderse en vida”, según su acólito Morales, aunque me
cuesta discernir el significado de aquello.
5/3/13
Certero como siempre, estimado Claudio.
ReplyDeleteEscaso favor le hacen sus engendros al occiso. Por un lado, el asno cocalero ahora nos maravilla -sin quererlo, como es natural- con aires d filósofo o intrincado pensador metafísico..Por otro, el estafeta chavista q hace públicas las tristes y sin embargo muy congruentes últimas palabras del asno redentor: "yo no quiero morir, por favor no me dejen morir.." Murió cobarde el milico bocón q ya había lloriqueado cobardemente antes.
Y sorprende leer respetuosos homenajes d opinadores locales al difunto malhechor. Cómo no celebrar su ausencia, si ahora vemos mejor el alcance d su infecto legado?: rabiosa jauría d hienas q prometen continuar el pillaje a la mala. Pinta negro, más negro aún el panorama para Venezuela. Inmensa es la romería d la chusma a la momia, como infinita es la estupidéz q los rebaja a otro pueblo d monos. No han aprendido nada.
Saludos cordiales y abrazos, estimado Claudio.
Se viene una nueva batalla mediática mundial en los siguientes meses. Venezuela seguirá siendo el centro por un tiempo más, un centro en torno al cual se ensayará todo lo bueno y lo malo y lo mediocre del ser humano.
ReplyDeleteMuy bueno, estimado amigo.
Gracias, Jorge. Hace un rato comentaba sobre tus palabras sobre mi texto en Plumas Latinoamericanas, pero creo que hubo un error y no logré hacerlo. Volveré luego. Contemplemos esta nueva batalla para escribirla. Abrazos.
ReplyDeleteDisfruto de tu clara vehemencia, Achille. Esa cita de Ramón Chao en sus conversaciones con Carpentier es una joya. Gracias por darla a conocer. Y cabía en el momento.
ReplyDeleteLee mañana El Día, mi columna sobre embalsamar.Te gustará. Al menos por ahora el circo terminó. Anuncian nuevas funciones... Abrazos.
Si, es una joya inmensa q no deja d conmover con el solo imaginar ver a Carpentier narrando ese momento.
ReplyDeleteLa impaciencia y el deleite hacen cuenta regresiva para leer su artículo mañana. Saludos cordiales, estimado Claudio.
De tú, Achille, por favor. Caso contrario nuestra conversación se hace ceremoniosa. Buscaré el libro. Carpentier, desde que mi madre me regaló, siendo yo muy joven, El siglo de las luces con una inolvidable dedicatoria, ha sido un autor favorito en mi vida. En el último viaje a Cuba me traje, editado por Letras cubanas, el epistolario del autor con su madre. Saludos.
ReplyDeleteDe acuerdo, Claudio. Mis mayores respetos siempre para tí, aún lejos d lo ceremonioso.
ReplyDeleteY Carpentier, todo un profeta literario sin duda, nos ha dejado riquísimos tesoros. Abrazo.