Wednesday, November 18, 2009

Casa de Areia/LA VUELTA AL MUNDO EN 80 FILMES


Casa de Areia, Andrucha Waddington/Brasil, 2005

No en vano Ruy Guerra, cineasta brasilero de origen portugués y nacido en Mozambique, filmó dos cintas basadas en argumentos de Gabriel García Márquez: "La fábula de la bella palomera" (1983) y la espléndida "Eréndira" (1982), joya visual rodada en México.

¿Por qué retomar a Ruy Guerra para hablar de una película de Andrucha Waddington? La herencia garcimarquesiana está presente también allí. No necesariamente porque fuese el autor colombiano, sino por una concreta similaridad geográfica y existencial entre regiones de ambos países, detalle que Ruy Guerra supo reconocer y aprovechar para su propio arte. Por algo el mozambicano tiene un pequeño rol en esta película.

Situada en las dunas del Maranhão, "Casa de Arena" nos acerca otra vez al mundo de García Márquez. Maranhão podría ser la Guajira: el yermo, la soledad, brutalidad de la existencia. El relato de la vida de tres generaciones de mujeres en medio de la desolación, su abandono del mundo, la estigmatización forzada en un Brasil en ciernes (comienza en 1910), se apuntalan con un entorno físico aterrador... y bello, donde no se puede echar raíces siendo que la tierra se mueve de forma constante, que la arena parece viva (el manejo de cámara no lo permite olvidar). A pesar de ello, la primera madre, actuada por Fernanda Montenegro, se aferra a una parcela de tierra que su hija hereda de un marido difunto. Se sugiere, sin desarrollarse los preámbulos, que madre e hija vienen de la ciudad, y que terminaron en esta recua de muleros en el desierto porque no tenían opción. Se sugiere que Vasco, el comerciante-esposo que construye una casa allí, pagó por las deudas de la hija y se quedó con ella.

El universo exterior no perece, su permanencia es final y terca. Está en las fotos, en alguna ropa, en esencia. Y si bien la madre opina que hay que quedarse en el lugar, que es lo único suyo, la hija, Aurea -Fernanda Torres- sueña con huir. En una de sus excursiones por el vacío, encuentra un catalejo que resulta venir de una expedición científica de paso por el desierto. Logra enamorar a un oficial y convencerlo de que las lleve de vuelta al primer poblado: a ella, a su madre y a su hija María. Cuando retorna a la casa contempla aterrada que las dunas la han enterrado. Su madre desaparece allí, la hija ha sido salvada por un negro, hijo de libertos, que son los únicos habitantes de la zona. Sucede un interludio de desesperanza y otro de lujuria. Aurea se entrega al negro al saber que ya ni rastros quedan de la expedición. Es, a su modo, feliz a su lado. La hija se hace joven y casquivana. Pasa los días borracha y poseída por los jóvenes negros del lugar. Ya hay aviones que surcan el cielo. Brasil se esfuerza en su destino de gigante; emerge, pero el desierto maranhense se mantiene en el olvido. 

Finalmente la muchacha (María) conoce al mismo, ya envejecido, oficial que recordaba su madre. Es un militar de cierta graduación ahora. Al verla se acuerda de Aurea, "su novia", y la muchacha, ajena al pasado, lo seduce con artes que domina bien. El hombre la retorna a su casa y reconoce a Aurea, que aún vive con Massu, el negro. Ella lo convence que se lleve a la hija, a dónde fuere, que la hiciere suya si así conviniera.

Lo hace. El destino parece sellarse.

Un día la muchacha, ya mujer adulta, regresa y encuentra a la madre en el lugar de siempre, con las pequeñas pertenencias de su pasado, las fotografías, en ese mundo paralelo del Maranhão.

Historia plena de emotividad. Sin arrebatos de romanticismo barato. La emoción es similar al recuerdo, a la nostalgia, y todos, director, actores y público, caen seducidos allí. Fernanda Montenegro y Fernada Torres (hija de la primera) intercalan los papeles de cada una de las mujeres en la familia.

Ya en "Eu Tu Eles" (2000) Andrucha Waddington, cineasta nacido en 1970, presentaba una historia donde el carácter principal lo asume la mujer. El nordeste otra vez, la penuria de vivir que sólo se aguanta por la fortaleza femenina.

Premio Sundance del 2006 y gran Prêmio Cinema Brasil el mismo año.
3/12/07

Publicado en Lecturas (Los Tiempos/Cochabamba), diciembre 2007

Imagen: Poster norteamericano del filme

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