Saturday, November 7, 2009

El castigo tarda.../NADA QUE DECIR


La condena de varios miembros de la CIA por una corte
italiana sienta un precedente. Bien se sabe que ninguno de
los imputados cumplirá prisión porque fueron condenados en
ausencia; sin embargo sirve para advertir a la arrogancia
norteamericana que con el desmedro paulatino de los Estados
Unidos a nivel internacional, ellos también estarán sujetos
a castigo.
Innúmeros son los casos de abuso por parte de las fuerzas
"americanas" en el mundo entero. Irak y Afganistán son los
últimos ejemplos de brutalidad similar a aquella que
combaten. Lo triste es que por lo general sus soldados
gozan de impunidad, y las penas por violaciones en Okinawa,
asesinatos políticos en América Latina, masacres en Corea
del Sur, genocidio en Vietnam, escuelas de tortura,
entrenamiento de gorilas, golpes de estado y demás delicias
que acostumbran, son leves o jamás llegan. Hay senadores
condecorados cuya historia guerrera es negra y que a pesar
de propaganda contraria no pierden prestigio. Ni qué hablar
del genocida Kissinger, o de Cheney, que no verán celdas que
les corresponden y morirán en santidad. No hay Nuremberg
para los Estados Unidos...
Hoy Colombia accede a mayor presencia norteamericana en su
territorio. Triste noticia para nosotros, porque pareciera
que el tiempo aquel de la desgracia retorna aunque pausado y
cauteloso. Es obvio que el narcotráfico hace de excelente
pretexto y que implica un serio problema a resolver. Por
otro lado está la turba militarista que sigue al cantor de
boleros, el coronel-sargento Chávez, que también atrae el
deseo destructivo del imperio en contra suya y de los
payasos que juegan con el futuro de sus países en Bolivia,
Ecuador, Paraguay, Nicaragua.
Colombia garantiza impunidad a las tropas del norte, otra
vez. No así a los contratistas no militares que en Irak han
sido y son causa de muchas muertes. ¿Por qué impunidad? El
ejército norteamericano, sobre todo fuera de sus fronteras
se caracteriza por un desastroso desempeño. Sus fuerzas
viven drogadas, alcoholizadas, prostituyendo las poblaciones
donde se despliegan. Conocida es su soberbia embebida en
vicio, en pornografía, en sexo con menores, pederastia.
Afuera se dan el lujo de cometer los excesos que les -
nominalmente- prohiben en su país.
Lastimosamente este error de recibirlos de nuevo, azuzado e
impulsado por la fobia antiyanqui de algunos, costará al
conjunto. La presencia militar que tanto mal nos trajo, que
nos quitó hombres valiosos y que destruyó intentos de mejora
vuelve, sin que la presidencia de Obama sea impedimento para
que su ejército actúe como siempre actuó. Colombia comete
el pecado de abrazar al asesino, igual que el gobierno de
Evo Morales hace con los suyos, escondiendo el pasado
criminal de quienes sabemos.
Los sujetos juzgados in absentia en Italia, tal vez a pesar
de Berlusconi, estuvieron implicados en el secuestro de un
clérigo musulmán allí. Privado de su libertad, sin habeas
corpus ni nada, se lo trasladó a un tercer país donde se lo
sometió a tortura, según la nueva moda implantada por el
niño Georgie Bush. No es que tenga simpatía alguna por
adoradores de ninguna clase, pero si permitimos al estado el
control absoluto habremos perdido, así quien mande apellide
Bush, o haya nacido en Orinoca, o utilice ridículas boinas
rojas, o sea blanco, negro, amarillo, aymara, chacobo,
mapuche, ario, franco, germano, afeminado, machista,
mujer... y sigue.
6/11/09

Publicado en Puntos de Vista (Los Tiempos/Cochabamba), 8/11/09

Imagen: Poster cubano, 1967

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