Thursday, November 29, 2012

Nostálgica Inglaterra/EJERCICIOS DE MEMORIA


 Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Hoy, que los mediocres se ceban en mí, que quieren jugar en mí, voy a navegar entre las brumas de mi espíritu a la morada de aquella.

En la imaginación, soy el primer navegante que salido de quién sabe dónde busca Última Thule, el confín del universo, hogar de la ninfa Francine, de celestes ojos, sentada sobre la roca de la creación rodeada de niebla.

Boga mi nave millas y millas. En torno sólo la bruma. Millas y millas de sombra. Millas millas sin nadie. Ni voz ni lamento caben en el silencio.

Última Thule es Inglaterra. La tierra mítica que cuenta al viento su existencia. En su trono de piedra, la ninfa escudriña el porvenir ¿lo hay?

Los remos hienden las nubes; las nubes envejecen los cabellos. Pero continúo. He de dar la vista a la saliente de la Sentada. El tiempo es pánico porque hay que volver a donde empecé. Porque la labranza de la tierra que me aguarda va a impacientarse, aunque no sepa en qué lugar esté.

Se vislumbra algo terroso. Una lengua oscura corta el horizonte. Dejo de remar. El rumor es el barquero que me acerca.

Descanso como a cien metros. En un montecillo, Francine, la ninfa desnuda, no me ve. Parece contemplar los árboles imaginarios del bosque inglés. Sus pupilas vagan. El celeste se mueve entre el gris. Y no me ve. Y no me ve. Y no me importa que no me vea.

Comienzo a retroceder, nostálgico pero firme. La he mirado un siglo y un día y es bastante. El paraíso del futuro se supone está delante. Me doy cuenta de que empieza a aclarar.

Es mi despedida

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Publicado en Opinión (Cochabamba), 12/04/1988

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