Friday, November 23, 2012

Rebelión en la granja/MONÓCULO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

¿Somos un pueblo borracho o rebelde? ¿Ambos? ¿Se puede catalogar a un colectivo a través de una muestra por azar? Preguntas sin respuesta, o con contestación afirmativa y negativa en todos los casos y al mismo tiempo. Quizá por eso somos tan complicados y resulta difícil, sino imposible, tratar de hallar una idiosincrasia (subrayada) que nos defina, como se puede hacer quizá con grupos más antiguos y mejor cohesionados.

Indisciplina, al menos, y desconfianza, recelo permanente del gobierno y del poder, lo que no es mala cosa si contamos con los ejemplos que nos han tocado en nuestra vida republicana. Jorge Luis Borges explicaba, haciendo una diferencia entre los Estados Unidos y la América al sur del Río Bravo, que la policía en el norte, actuaba del lado de y por la población; por tanto existía relación de confianza y apoyo mutuo entre ellas. De México hasta la Patagonia, lo opuesto. La policía, o cualquier otro estamento de poder: militares, ministros, jueces, cobradores de impuestos, etc. se consideran enemigos y se actúa con ellos a partir de tal premisa. ¿Ha cambiado eso con el Estado Plurinacional? De ninguna manera, a pesar de la masificación y del hábil manipuleo de la casta dirigencial a través de premios e incentivos.

Recuerdo, durante las negras horas de la dictadura garcimezista, cuando jóvenes desdeñábamos el toque de queda, en el que se asesinaba, para bebernos unos tragos en lugares que siempre estaban concurridos a pesar del miedo. Oí que en cierta ocasión los militares detuvieron una boda entera, banda incluida, que violaba largamente sus órdenes. Los trasladaron, a todos, novia y novio, trompetas y vocalista, al estadio u otro centro de detención y los obligaron a bailar el resto de la noche bajo el ritmo de “Casita de pobre”, canción de moda por entonces y la última que sonaba en la fiesta cuando llegaron los perros.

Ahora fue el censo y se secuestró a la población para que ni siquiera sacasen a las mascotas de casa para mear. Los amos circunstanciales así lo decretaron, con argumentos tan sólidos como el chicle Adams, el que se utiliza, o utilizaba en mi tiempo, para disimular el tufo. No faltaron los intransigentes que a pesar de todo decidieron que un día libre se asocia íntimamente con el concepto de fiesta y festejaron. A la cárcel con sus huesos, y sus bicicletas, automóviles, borceguíes y abarcas. Con el tiempo la anécdota será de regocijo, de machismo y rebelión impenitentes: a mí no me censaron; no me dejé censar; que no jodan; que se vayan a la mierda, y opiniones similares, comunes y características, afines.

No faltó una radio, la postrera ligazón con el mundo congelado, que declaraba que se “capturó” un bus (¡!) con 36 personas alcoholizadas. El número es sintomático. Quizá se trataba de una reunión de delegados de las 36 etnias que componen nuestra plurinacionalidad. Siendo ese el caso, los festejantes tendrían el derecho, algunos, que les autoriza su cultura y costumbres, de no dejarse censar, porque hay pueblos que no reconocen fronteras o para quienes divisiones políticas y actores de opereta eso son: papeles desvalorados.

Además, hay que decirlo, aunque no sé si ha sido general, los que censaban andaban armados de un lápiz y un borrador, o jebe, como se conoce. Las anotaciones se hacían a lápiz, quitándole al asunto legalidad. Sin contar con las preguntas dirigidas que los de arriba sabrán usar en beneficio propio, mientras los de abajo “en su abajo” continúan.

Borrachos o rebeldes, a mí me hubiese gustado estar en la bailanta de “Casita de pobre” y no con los milicos. O en el colectivo ebrio sin que nadie me empadrone o apadrine. Me pregunto, para la estadística y por curiosidad, de que línea era el transporte, y si recogía a sus bebientes de a uno en las paradas o andaban en montón.
22/11/12

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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 23/11/2012

Imagen: Escena del film animado Animal Farm, 1954

2 comments:

  1. Esa historia de la boda es muy atractiva. ¿Existirán más detalles al respecto?

    Saludos cordiales, amigo Claudio.

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