Monday, May 27, 2013

El otro Plinio


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

¿Por qué “el otro”? Porque desde un memorable programa del Centro Portales, cuando era niño, acerca de Plinio el Viejo, de quien guardo la figura de acercarse en su bote a la erupción del Vesubio (periodismo al extremo), él era el único Plinio posible.

Me preguntan una opinión del Plinio colombiano, Apuleyo Mendoza, y respondo que ha pasado una década desde que lo leí en libro por última vez, en sus memorias de la amistad con Gabriel García Márquez, autor que lo ha marcado (“el amigo de Gabo”), opacando en cierto modo su propia obra.

Liberal a ultranza, continúa luego de décadas publicando en El Tiempo, y denostando hoy con vehemencia al coronel Chávez y el “extravío” del llamado socialismo del siglo XXI. Algo de argumento habrá de tener un personaje que conoció de cerca el nacimiento del socialismo en Cuba y que participó junto a García Márquez y Jorge Massetti de la experiencia de Prensa Latina. Acusarlo simplemente de adalid de la derecha no refleja verdad. Es tan crítico del presidente Santos como del anterior Uribe, a pesar de reconocer en éste aportes fundamentales a la en apariencia estable Colombia actual. Y mantiene una actitud precavida, aunque todavía ilusionada, acerca del proceso de paz recién iniciado con la guerrilla de las FARC. Apunta con dudas al discurso de alias Iván Márquez, en Oslo, alegando que allí no se apuesta por la paz como la comprendemos, la del “silencio de los fusiles”, sino por la otra concebida por ellos de aplicación de sus preceptos ideológicos en un nuevo país que surgiría a raíz de estas conversaciones.

Delicioso prosista, Plinio no debiese ser conocido solo por su relación con el en títulos más notable colombiano. Tiene voz propia, talento incuestionable, y en ensayo y prensa opiniones personales, inteligentes y por lo común controvertidas.

Su caracterización de Bolivia, en la entrevista realizada por jóvenes periodistas bolivianos, es cauta, como debe ser acerca de algo que se desconoce en detalle y se cuestiona en sus generalidades.

Hijo de un hombre que estuvo al lado de Jorge Eliécer Gaitán a tiempo de su asesinato, e íntimo amigo de un notable novelista, Plinio Apuleyo Mendoza parece ser voz imprescindible de consulta sobre la Colombia de las últimas décadas. Habla con desparpajo, y alterna carajazos por ahí como mencionan. Lo hace bien.
11/12

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Para la prensa boliviana, 2012

Imagen: Cubierta de El olor de la guayaba  

2 comments:

  1. Notable y justa alusión a un hombre sabio de sabias palabras. Es un otro vivo ejemplo d lo mejor y más valioso q podemos pedirle al pasar d los años: sabiduría y sensatéz ante el mundo, sus magias y sus infamias.
    Bonita, muy pedagógica descripción de otro gran hombre. Saludos y abrazos, estimado Claudio.

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  2. Siempre he disfrutado leyéndolo, Achille. Y apruebo su disidencia inteligente. Un fuerte abrazo.

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