Thursday, May 23, 2013

Este asunto del mar/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Leo, al pasar, acerca de la subida de aprobación de Evo Morales en el país. Puede ser una encuesta tendenciosa, de las que abundan. Es clara mi opinión del por qué de su popularidad: encarna los sueños bolivianos de parecer todo sin serlo; el mito sobrepuesto a la realidad.

Tal vez tenga que ver con el asunto del mar, la obsoleta idea de que ahí radica nuestro freno al progreso.  Como lo de Misicuni, en Cochabamba, que seguirá vivo e incompleto incluso cuando el autor de este texto fallezca, igual a como estaba cuando nació. Vivir de sueños; vivir de mentiras.

Pero este pueblo intranquilo, y paradójicamente momificado y estático, necesita de esas grandes falsías, para continuar, para hervir constantemente en el caldo extravagante de la política criolla y provincial, donde el Estado como ente superior semeja reunión de compadres en el corregimiento.

Rimbombantes declaraciones, rejuntadas notabilidades del medio, aquellas que se agacharon ante el insulto y que temen más el castigo de sus supuestas (o no) malas acciones que la vergüenza. Detalles de incompetencia, falta de profesionalismo, cautivadoras y carnavalescas opiniones, eso es lo que Bolivia va a presentar en La Haya; nimiedades a las que Chile opondrá juristas de peso, historiadores, para otra notable derrota de esta tonta inercia que nos domina.

Aseguran que nos bañaremos en el mar. Doble falacia.

Cada cual desea obtener beneficio personal con el asunto. Saben, de antemano, que no conseguirán nada. Divagan sobre la futura presencia de Bachelet que ilusoriamente abrirá las puertas del Pacífico. Mientras el presidente de turno espera osificarse en el cargo, los expresidentes del comité marítimo, aparte de congraciarse con el poder, apuestan a cargos promisorios, hasta el más alto, en movidas típicas de nuestra venal estructura política.

Mientras tanto recurrimos, como ya es tradición, al país bloqueado. La discriminación laboral ha despertado iras que casi seguro serán calmadas en el estrado de las eternas promesas y las acciones incumplidas.

La compra del país mediante las armas es una estrategia que no dio resultado ni en la URSS. Basta ver el dramático fracaso del patético líder coreano, con un pueblo en prácticas de canibalismo bajo el sonido de los tanques y la fanfarria pervertida. Mimar a la fuerza armada da resultados parciales. La lealtad de las armas es como un espejismo mañanero. Y separarlos del resto del pueblo con garantías y dádivas, jubilaciones extraordinarias a la vez que se ataca al resto resultará curación inversa.

Volvemos a la situación marítima, y su enlace subterráneo con la fuerza armada. Cierto que nadie piensa, no abiertamente, en una guerra en la que nos quedaríamos con medio país, pero la latente deuda mantiene la esperanza imposible de entablar combate y ganarlo. Las argucias de los leguleyos reemplazan el estruendo de los cañones; en el momento en que estas se desmoronen no faltará cháchara bélica sin ningún asidero real. Cuando los ejércitos sirven como apoyo para sostener gobiernos, comienzan a convertirse en inservibles. Y ya tenemos larga tradición de ello, como para que la confianza se haya esfumado.

Las aguas saladas del mar de Antofagasta sirven de pretexto para todo. Y hay sirvientes de blasón que se encargan, por órdenes de arriba, de proseguir la farsa. En la patria, los marchistas, los ahorristas, los jubilados, los aportantes, los trabajadores, mal, gracias.
12/05/13

Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 14/05/2013

3 comments:

  1. "Yo quiero un mar, un mar azul..y blanco. D colores masistas..", canta en su ingénua pasión patriotera la chusma engañada. Solo queda suspirar d pena, si hasta historiadores y otrora hombres fuertes d sana ley se han prestado al ultramanoseado juego marinero d barquitos d papel. Bien lo has dicho, estimado Claudio: al boliviano común, poco ilustrado y q penosamente es MAS mayoría, le encanta las rimbombancias; le encanta vivir d sueños y mentiras.
    Abrazos, caro amigo.

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  2. Solo los muertos han visto el final de la guerra.--Santayana.

    Interesante tensión. La desconocía hasta hace unas semanas.

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  3. Muy bueno lo de Santayana.
    Esta práctica de agitar el mar, revolverlo, para frenar las tensiones en casa es tan antigua... Jugarreta de necios en la que se atrapan todos. Casi todos, mejor decir.

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