Tuesday, November 5, 2013

Vacaciones (de los) plurinacionales/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Me dije: a ver si puedes no pensar y menos escribir acerca del par esperpéntico que cabalga a pelo sobre las hirsutas crines de la patria. ¿A pelo?, no, qué error, si estos las van de elegantes y virtuosos. Cerré el ordenador, no miré los diarios; eludí comentarios y enlaces referidos al tema, y la semana pasó tranquila, con los avatares cotidianos como debe ser.

La validez de ejercitar voluntaria ceguera suele no aguantar la crítica, pero como profilaxis, e incluso remedio, no tiene par. A ratos, cuando sean reflexión o ira lo que me inclina a hablar, siento que he caído en su juego, atrapado por la estulticia colectiva que es donde se alimentan y procrean estos célebres célibes y hasta hoy nunca cesantes tiranos. Ellos, en apariencia el yin yang andino, aunque son uno u otro solamente, porque de bueno no hay nada; ni interrelación de opuestos, ni complementariedad, unión, etcétera, únicamente comercio, donde la pieza a vender y usufructuar es un pedazo de geografía el doble de tamaño que Francia y habitada por comedores de hojas, más ávidos aún que los blancos macacos japoneses, rojirrostros, que degluten cuanto les viene al paso en la niebla de su entorno.

Pero, bueno, enumerando los positivos valió la pena. Pude ver cine, películas turcas con paisajes de belleza inverosímil, considerando con tristeza que en mi propio país ya ni se puede caminar por el campo. Uno va en busca de aroma de eucalipto y termina rociado con gasolina, amarrado con alambre de púas, golpeado, humillado, escupido, bañado en baba verde que chorrea de los labios de los según el presidente pacíficos hermanos (¡!) y, finalmente, si suerte hay, ejecutado en una horca que llega a ser liberación. Porque caer en manos de los hermanos, así con esta tosca rima, suele ser fatal, y de larga penuria. Pero -parafraseo- “nosotros”, y ese nosotros quiere decir “ellos”, así separándose de nosotros nosotros, somos pacíficos, contemplativos, amantes de la naturaleza, incapaces de perpetrar fechorías, de tender emboscadas, de copular y de hacer parir. Nosotros los del Espíritu Santo aymara parecemos corderos dispuestos al matadero aunque digan que somos manada de perros disfrazada de borregos.

Leí. El Atlas memorioso de Borges, caminando entre columnas irlandesas y volando en globo. Norman Mailer en la gloriosa novela, aunque la gloria es miseria allí, Los desnudos y los muertos. Música, de retorno a la Sodade de Cesarea Evora, los Olimarareños, y calypso de los años 20 en, por supuesto, Trinidad. Cuánto, en lugar de escuchar la plática inconclusa e incongruente del cabecilla, y las necedades del lugarteniente, típico tuerto en país de ciegos. Pero, me repito, perder el tiempo tiene su razón, y hay que ocuparse de individuos que apuestan a eternidad porque alrededor suyo contemplan yermo, paja brava, tolares, arbustos achatados sobre los que parece fácil reinar. Alguien tiene que enfrentarlos, poner un muro donde choque su vanidad y rebote para caérseles encima como vómito infecto.

Aprendices de chamanes pero hábiles pajpakus. Iguales a su fraterno venezolano-colombiano, a quien sus compañeros de curso llamaban el “platanote” por su tamaño: Nicolás Maduro, que luce como salido del medioevo en su variopinta capacidad de hallar reliquias de santos, de uno en particular: del sabanero Chávez.

Semana memorable, ajeno al peinado mujeril de Morales y a los ademanes que mejor ni comento del otro. Corto una tajada de cheddar y la introduzco en pan blanco para acompañar el café que humea. Afuera el cielo se ha puesto gris. Amenaza nieve. Me arrebujo en ropas de invierno y pienso en De Quincey, el comedor de opio. Vacaciones.
04/11/13

_____
Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 05/11/2013

Foto: Macaco japonés

2 comments:

  1. Deliciosa entrada. Lo mas "literatoso" que te he leido, Claudio, con respecto a la farsa plurinacional y las cuitas de nuestro pais. Esto parece escrito con espinas porque duele ser parte de esta realidad. Reflexiones sangrantes hacen falta en una sociedad carcomida por los nuevos zanganos y demas aprovechados. Te envidio el cheddar. Ah, esa combinacion entre queso maduro y un cafe tinto es insuperable, uno de mis vicios. Un abrazo.

    ReplyDelete
  2. Insuperable, bien dicho, José, sobre todo en un contexto que deja de lado a esos ignorantes fanfarrones, incluso los supuestos letrados, para permitirnos disfrutar del ocio. Recuerdo El derecho a la pereza, de Lafargue, yerno de Karl Marx. Mejor un cheddar que el Idi Amin aymara, amo de todos los camélidos de la tierra y los alacranes.

    ReplyDelete