Sunday, January 24, 2010
Circo/NADA QUE DECIR
Cuando Evo Morales apareció en la puerta de Kalasasaya de la
mano de la Pachamama discrepé con toda suerte de analistas
que decían que comenzaba un nuevo ciclo histórico. Para mí
significaba el mismo circo de Víctor Paz Estenssoro, el de
Barrientos, de García Meza, de Lidia Gueiler, sin ir hacia
los más antiguos. Ni siquiera étnicamente las diferencias
son marcadas: Bautista Saavedra o Luis García Meza
envueltos en aguayos tienen la misma rozagante cara de chola
que el presidente de turno.
Vi la "unción" de Tiwanaku desde afuera, como espectador
crítico, y sentí lástima por el aroma desvanecido de un
cambio que alguna vez intuí. Ante las cámaras se exponía un
espectáculo de mamarrachos con vestimentas que algún
alucinado creyó recordaban las rituales de los ancestros,
cómo si en Bolivia no existieran sublimes tejidos, como si
no hubiese bastones de mando de chonta dura y argollas de
plata en lugar de esos esperpénticos objetos (supuestamente
bastones) que lo menos que hacen es acercarse a la historia
y peor a la eternidad. Triste y no porque en el fondo se
rían quienes nos ven, sino por la desvirtuación del pasado,
la sangre compartida por mestizos, indios y blancos en las
guerras independentistas, el dolor y la angustia de la lucha
y la miseria. Todo revuelto ahora en espantosa cumbia
chicha donde no se observa vuelta alguna a ningún lado, ni
al incario ni al collado, ni a los huacas de Huarochirí ni a
San Expedito o San Putas.
Un movimiento serio del estilo que se anuncia no se decora
con asnos de senadores que ejercitan verbo insulso y
falazmente comprometido, ni con las irreversibles
discrepancias del socialismo con este hato de pequeños
burgueses, de indígenas cuyo ser autóctono no los libera de
ser ricos, explotadores, capitalistas, propietarios y demás
mañas de aquello que dicen combatir. ¿Por qué no se habla
entonces de expropiar a los "nativos" que ostentan oro en la
fiesta del Gran Poder? ¿O Fidel Surco es diferente a
Marinkovic y su sarta de descastados nazicolaboracionistas?
¿Por qué tendría su dinero que ser distinto al del croata,
por aymara, indio, lampiño?
García Linera perora acerca del socialismo y la revolución.
Hablamos de asuntos incompatibles que habitan el seno del
MAS. No implica que no exista un socialismo campesino; con
sus peculiaridades se puede hablar de guerras campesinas en
el siglo XX en México, Rusia, China, Vietnam, Argelia y
Cuba, y no sé hasta dónde en Bolivia también, pero lo de
ahora conjuga un discurso extremo, casi ligado al del reo
presidente Gonzalo de los senderistas apagados, con un
fundamentalismo que crece, avivado por los Choquehuanca,
Patzi, Surco y otros que en determinado momento han de
deshacerse del monopolio intelectual de la izquierda que
representa Linera y que les presta su trasfondo ideológico-
teórico hoy. Sintomático es el papel menor, relegado, del
bolivarista Chávez en los acontecimientos actuales. Es
posible que el venezolano ya no sirva. Tuvo rol de donante
que parece terminó. Los aires son ahora de triunfo, y huele
a tiempo de revancha étnica, una que no sólo intenta barrer
con los "blancos" y mestizos; apunta de igual modo a Simón
Bolívar, a Murillo, a Zudáñez, Monteagudo, etc. Y allí
pierde Chávez, porque bolivariano no es Morales, y menos su
cohorte. Morales quiere el eterno Gran Poder aymara, con la
inmensa capacidad económica de sus "pobres indiecitos".
23/1/10
Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 24/1/2010
Publicado en Correo del Sur (Sucre), 24/1/2010
Publicado en Nuevo Sur (Tarija), enero 2010
Publicado en Semanario Uno (Santa Cruz de la Sierra), 3/2/2010
imagen: James Ensor/La intriga, 1890
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