Tuesday, January 4, 2011

Responso/ECLÉCTICA


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Haciendo un paréntesis en esto de hablar de cine, arte, nostalgiosas ciudades y bares melancólicos, leo sobre la llegada de George Bush a Santiago de Chile. King George, el rey Jorge, viene cargado con un aura de grandeza que, se supone, le permite el tener un nuevo término presidencial en la única superpotencia. 

Con no muy inteligente sonrisa, ojillos doblados, algo revueltos, pegados entre sí, una conformación craneana que gustaría Lombroso, tiene la ceguera suficiente para considerarse enviado divino y para incendiar el mundo con sus flamígeros discursos de principiante y sus armas. En Santiago, aparte de contar estúpidas anécdotas, triviales y lacrimosas sobre individuos tomados al azar en el extenso mundo y que quieren demostrar, pero sobre todo enseñar, la bondad de los Estados Unidos, y la suya personal, se referirá sin duda a la situación de Irán que ya se considera la principal de esta segunda presidencia.

Irán casi cierra un acuerdo con miembros de la comunidad europea para detener su programa nuclear de enriquecimiento de uranio, cosa que ha enervado a los miembros del gabinete bushiano. No puede nadie, ni debe, sean Gran Bretaña, Francia y Alemania, actuar sin el consenso y el consentimiento del Gran Hermano. Aún antes de definir las negociaciones que los europeos tienen con los iraníes, los norteamericanos ya han hablado de la "perfidia" persa que ocultará mucho y mostrará poco. Ya amenazan, incluso el blando medias tintas Colin Powell, con intervención militar. Para nada ayuda que la nueva Secretaria de Estado sea la señora Rice, con astuta mirada de cobra y venenosa como el áspid. Es muy posible que se ataque Irán, luego Cuba, después Corea del Norte. Mas viendo los resultados de su sorprendentemente "exitosa" campaña en Iraq y el gran triunfo de haber convertido a Afganistán en el mayor productor de opio y heroína del mundo (87 por ciento), negocio del que participan ministros e incluso el hermano del presidente Karzai, tedioso aliado de USA, existen serias dudas acerca de la eficiencia norteamericana.

Al interior del país las cosas no andan bien. El resurgimiento de la extrema religiosidad de la población de "Middle America" es síntoma de aguda descomposición espiritual añadida a una gigantesca deuda nacional que hace de éste un país hipotecado. Al igual que los señores feudales y sus guerras de conquista, Estados Unidos, de la mano de Bush, sigue una senda que tiene un conocido desenlace histórico: ruina. 2004 ha sellado un punto a partir del cual comienza la extinción de los Estados Unidos como potencia y, quizá en un lapso de 50 años, como nación del primer mundo. En un arrebato de fatalismo diría que Norteamérica no existe más, que sus bravuconadas militares son espasmos de moribundo. Además un grupo étnico en particular acelerará la caída. Por el momento la inmigración latina, mexicana en particular, significa un sostén formidable de la economía. Poco a poco este, o estos, grupo(s) se afianzan más. Llegará el momento que vio Simón Bolívar, en que cada uno con poder en sus manos querrá ser único y privado e iniciará la desmembración de lo que todavía parece ser un sólido estado. La pregunta esperada cae sobre el destino de la población anglosajona. Es, digamos, una raza en extinción, an endangered specie pronta a desaparecer. Bush y su recua no ven más allá de sus narices, o Dios, a quien dicen escuchar, es parte de una campaña de desinformación.
19/11/04

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Publicado en Lecturas (Los Tiempos/Cochabamba), Domingo, 21 de noviembre, 2004
Publicado en Fondo Negro (La Prensa/La Paz), 28/noviembre/2004

Imagen: George W. Bush en una caricatura de Palosa

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