Wednesday, April 27, 2011

Las Maravillas/MIRANDO DE ARRIBA


Carlos Monsiváis se alegra de la elección de Chichén Itzá como una de las 7

 Maravillas del Mundo. Sin embargo, a pesar de afirmar que económicamente -por el turismo- la zona y el país se beneficiarán, culturalmente no cree que haya beneficio alguno.

 Su opinión alberga infinitas posibilidades, pero creo intuir que se refiere a que la propaganda masiva no siempre es buena y puede ser hasta contraproducente, a pesar de las ventajas monetarias que pudiese acarrear.



La Maravilla de Chichén Itzá no está, ni se debe, a la fama actual en una votación que tuvo 70 millones de participantes. Ni tampoco al misterio que 

rodea la civilización maya, porque aun cuando éste cubra el historial de estas etnias yucatecas, son las manifestaciones concretas de su conocimiento y de su arte las que asombran. Chichén Itzá es un sombrío y bello monumento a la vida y a la muerte. Dorar la píldora con dioses, extraterrestres, premoniciones, maldiciones, etc., no sirve; es una pérdida de tiempo, horas que se podrían emplear en el estudio de la arquitectura, la pintura, la astrología maya, sin invenciones, mil y una noches que pasan cuando se es chico, que quedan cuando se ignora. 



Ya espero -ojalá no suceda- que Evo Morales inicie una protesta nacional para que se desbanque a cualquiera de las Nuevas Maravillas en favor de Tiahuanaco. Quizá bloquee los caminos del universo. Con su tiara andina lanzará enloquecedores rayos, igual a Tor enfurecido. Y sus admiradores caerán bajo el influjo, otra vez, de su carisma inaguantable. 

Es tan versátil, mister Morales, que es capaz de convocar a los achachilas y huacas todos para, vestidos en oro y carmesí, lanzarse contra el mundo en defensa de sus (inconsolables) derechos... Para desgracia de la hermosa Tiahuanaco, diría, donde, según cuentan los que estuvieron, Galeano incluido, las nubes del cielo se abrieron y cayó sobre la cara imberbe de Evo un rayo de luz magnificándolo. ¿Era Elías en su carro de fuego que llegaba a consumar el reino? ¿O su testa judía no cabe en una asociación exclusiva de dioses aymaras?... quienes, según parece, viven al lado de las deidades cristianas en terrenos celestiales, supongo bien extensos.



Comencé con Monsiváis y termino con Morales. Culpa de las Maravillas, de las 7, del país que es Bolivia, al que quieren convertir en el “País de Nunca Jamás”, en “Alicia en el País de las Maravillas”. País hermoso y desgraciado. Y si de Alicia hablamos, recordando a Lewis Carroll, Evo será, a no dudarlo, la pérfida Reina de Corazones. 



Publicado en Opinión (Cochabamba), 10/7/2007

Imagen: Cabeza clava, Tiwanacu

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