Saturday, December 19, 2009

Copenhague, Vietnam y mucho más/NADA QUE DECIR


La Cumbre Climática Mundial de Copenhague, 2009, no podía ser obviada como escenario para nuestro mejor juglar: Evo Morales. Me pregunto si su megalomanía no deja resquicios para pensar que allí se tratan asuntos que definirán la vida. No es tan simple decir que uno está por la "cultura de la vida" en contra de los que están por la "cultura de la muerte", afirmaciones que podrían tener alguna validez si no fuesen simples fórmulas en su voz.

De dualidad tan predecible como la de los norteamericanos, el presidente de Bolivia persigue méritos, coronas, medallas, idolatría con un verbo que juega hábilmente con la imbecilidad europea, mientras que en casa hace exactamente lo opuesto de lo que predica. En primer lugar, y no se confunda verdad con racismo, aquel indio boliviano que Morales describe armónico con la naturaleza, calmo, idílico, bucólico no existe. Los poblados originarios, en el valle o el altiplano, se caracterizan por un caótico entorno de basura. El plástico parece más emblemático de las culturas ancestrales que el awayo. No se debe a alguna deficiencia racial sino a un fenómeno apto para sociólogos, pero, de allí a validar mentiras hay un abismo.  

La relación del indígena boliviano (quechua-aymara) con el árbol ha sido siempre conflictiva. El talado y la destrucción masiva de árboles no sólo responde a exigencias económicas sino a ideas absurdas preconcebidas acerca del "daño" que hace el árbol a los cultivos, robo de nutrientes, incluso su sombra. Morales miente, engaña, estafa.

Que los países ricos tengan que lidiar con la carga de su expolio, bien. Pero hay que reconocer que la culpa no puede ser unilateral: capitalistas y listo. La China ¿comunista? comparte el sitial de privilegio en destrucción del medio ambiente con los Estados Unidos, y la Unión Soviética se caracterizó por su completa negligencia al respecto. Ahora que El decida acabar con el capitalismo es asunto suyo. Que lo haga, como quiera, pero que lo haga ya, declare la guerra y olvide sus insulsos parlamentos. Que ataque. Quiere Vietnam, que tenga Vietnam. Se necesita un instante de bravura para hacerlo. Poco. Quién gane lo dirá el tiempo.


La "madre de todas las batallas" del idiota de Saddam Hussein, fue la madre de todas las sogas. En horas Morales puede crear cortes de mariscales y almirantes que arenguen al ñusterío hasta ahora impávido. Pero no corran.

18/12/09

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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 19/12/09

Imagen: José Luis Cuevas/Caja china #1, 1990

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