Monday, March 12, 2012

Entrevista sobre Diario secreto para Los Tiempos


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

En más de veinte años viviendo en los Estados Unidos he escuchado y leído tanto sobre los asesinos seriales, sin contar el cine que ha aprovechado el asunto en muy buenos filmes, que llegué a interesarme en el asunto. Incluso tuve un acercamiento cercano con alguno en cierta etapa de mi vida en Virginia. Eso fue modelando una idea acerca de un libro y un personaje que trataran de captar la “esencia” interior de un ser similar. Y si bien el individuo que habita las páginas de Diario secreto no es, o no todavía, un asesino de esas características, es apasionante –y riesgoso por ser un tema delicado- tratar de inmiscuirse en su mente. Vi hace muchísimos años una excelente película mexicana que se llamaba En la mente del asesino Aro Tobulkhin, o algo semejante, que lo explora justamente y que me quedó como interés que tarde o temprano quería tocar.

Dediqué muchas horas diarias a trabajar el texto, cambiando mi costumbre de escribir un poco y dejarlo reposar mucho tiempo. Diseñé una estructura a seguir, a grandes rasgos porque la novela es impredecible en su creación, se suelta a veces como un homúnculo independiente al que se hace difícil domeñar. Creo que logré mis objetivos básicos. Como cualquier obra sin duda podría haberla trabajado más, pero si uno se pone en camino de hallar una evasiva perfección, se quedará reescribiendo lo mismo para siempre.


Hubo problemas de entrada con el asunto del premio nacional. Wilmer Urrelo, presidente del jurado, hizo unas apreciaciones que no gustaron a cierta gente y se inició una controversia que el tiempo solo va ahondando. Incluso he llegado a creer que mi premio se hizo incómodo para gente en situaciones de poder por mi permanente actitud contestataria. Y no sabían cómo hacer para evitar que se me entregara algo que gané en buena ley, y a no dudarlo entre un grupo de libros que imagino tendría muy buen nivel.


Hace poco, alguien del periódico oficialista Cambio publicó un texto en contra del hecho de habérseme otorgado el premio nacional de novela. Lo hizo tomando como referencia un texto de opinión, de los que vengo publicando hace más de diez años, muy duro en contra de la situación del país, y de un gobierno que considero el más fraudulento que nos deparó la historia. A pesar de alegrarme de que al fin en Bolivia, y gracias a la coyuntura Morales, el indio (y no es peyorativo porque también en parte me he siempre considerado tal, y dicho públicamente además) comenzó a ser integrado no solo a la sociedad en general sino al ámbito político, situación que fue estúpida y dramáticamente postergada por los gobiernos desde la creación de la república, y causa de muchísimos males y retraso, pienso que aparte de unas mejoras en maquillaje, como el mejor trato, el cuidado de no desdeñar o insultar al indígena, su situación no ha cambiado o va cambiando para peor. La explosión del narcotráfico, debida a la permisividad de la cúpula gobernante, es el mayor enemigo de las culturas ancestrales que se ha introducido al país. La gente en Bolivia no tiene conciencia de lo que significa. Aprovecha el dinero fácil que produce y no se da cuenta que de pronto verán que han destruido hasta sus hijos. Nosotros que vivimos en el norte, compartiendo a diario con la población mexicana que crece de manera acelerada en los Estados Unidos, lo sabemos. Y lo sabemos porque también ésta es una sociedad a la que va destrozando el narcotráfico, con la excepción de que EUA es un país rico y todavía de fuertes estructuras, México en menor grado, lo mismo. Pero Bolivia será pasto de la inmisericordia de este negocio que de alguna manera se representa de forma falaz como rebelión hacia el fantasma del imperio.


Disculpas por la larga digresión, pero ese, entre muchos, es un tema tratado sin delicadeza en mis textos de opinión. Bolivia es un país donde el lenguaje se toma como porcelana. Aún es improcedente maldecir o putear, a diferencia de España o Argentina por citar dos ejemplos. No estamos acostumbrados a que las cosas se digan con cierta brutalidad, como deben ser dichas. Hay críticos que explican y contradicen al sistema con aproximaciones científicas y tenues. Yo creo en la protesta radical y así lo hago. ¿Me pregunto desde cuándo es racismo mencionar a una población de abarcas? ¿Qué es lo que denigra a estos señores en el uso de la palabra indio? No se sabe leer, se mira todo con susceptibilidad, y en cada nivel social. Tara que esperemos el desarrollo supere.


Se acusó a mi libro de racista, sin haberlo siquiera leído el viceministro que me atacó. Al final resulta que ni siquiera había leído el texto de opinión. Saquen sus conclusiones. Lo triste es que hasta supuestos opositores, o críticos del camino que este proceso va siguiendo, aprovecharon la ocasión para congraciarse con alguien y vetarme, con el pretendido pretexto esgrimido por los voceros de palacio. Hay una tradición de lambisconería arraigada en exceso entre nosotros. Será resultado de quinientos, o mil años de servir, cosa que Morales y su corte no desean cambiar. El cacique, como antes el amo, ejerce dominio absoluto, y para quien disienta está el chicote. Eso no va conmigo. Aunque les moleste y duela.


Volviendo a lo literario, a pesar de que la mayoría de mi obra escrita y publicada consiste en crónicas, prosas, breves, columnas, textos de crítica y opinión, el género del que más disfruto leyendo es el de la novela, y ya van para diez años que decidí enfrascarme en ella como creador, sin haberme ido mal. En las tres novelas que tengo: El señor don Rómulo (mención Casa de las Américas, 2002); El exilio voluntario (Premio Casa de las Américas, 2009) y Diario secreto (Premio Nacional de Novela, 2011), de temas variados y distinta construcción prima algo que considero, en mi obra, destacado, y es el manejo del lenguaje: experimentación, adaptación. Fuera del contexto de la obra en sí hay un trabajo lingüístico que la apuntala, y que fue, según Carmen Boullosa, escritora mexicana, algo que consiguió el mayor galardón de la Casa en Cuba como es el premio de novela.


El exilio voluntario me ha dado muchas satisfacciones. Aparte del premio el 2009, fue motivo para mi invitación a participar como jurado en el premio cubano del 2011. Y, hasta el momento, tiene ediciones en tres países: Bolivia, Cuba, España, en ese orden. El señor don Rómulo estaba siendo traducido al inglés por el profesor Don Schmidt, traductor de José Agustín, quien lastimosamente falleció. En conversaciones con él me comentaba de la dificultad en la traducción justamente por esa aventura del lenguaje que retrata a mis novelas.


Esperemos que Diario secreto no se vea afectado por esta controversia gratuita y premeditada en la que personeros del gobierno intentan desprestigiarme y denigrarme. No tienen idea que la creación no se detiene por denuncias ni procesos. Por lo general, al contrario, no hacen más que incentivarla. Podrán detener la publicación de mis artículos, pero les es imposible frenarlos, a pesar del apoyo, inesperado, que tienen de intelectuales que medran en el escándalo porque no tienen otra opción.

2012

_____

Publicado en Lecturas (Los Tiempos/Cochabamba), 04/03/2012
Publicado en Correo del Sur (Chuquisaca), 04/03/2012

No comments:

Post a Comment