Thursday, December 9, 2010

Los misiles de Hugo/MIRANDO DE ARRIBA


Tratos de compra de material bélico por valor de 4 billones de dólares. Eso fue a buscar Hugo Chávez en su viaje a Rusia.
Hay que preguntarse cómo un país que importa buena parte de su comida y cuya deuda externa llega en los últimos años a algunos 15 billones, puede darse el lujo de adquirir misiles de mediano alcance dizque para defenderse. El miedo es un mal consejero; el pánico peor.
Hubiese sido más simple para este idiota uniformado, ridículo como todos los militares latinoamericanos sin haberes de guerra pero sí de represión, llevar a Venezuela, en el auge de los precios del petróleo, por el camino de la industrialización, del fortalecimiento de la cultura y la educación, de -sobre todo- lucha contra la pobreza sin demagogias ni infantilismos de izquierda. No lo hizo así porque supone ser el mesías que la revolución perdió hace ya mucho.
Hace poco estuvo en España, con su adláter de color: Evo Morales. Estas dos caricaturas revolucionarias fueron a hincarse ante el Borbón. Creí, si no leí mal, que a los revolucionarios no les gustaban los reyes. Incluso Stalin bromeó ante Churchill al respecto en Teherán. Pero no hay parangón entre aquellos santos que arrojaban bombas para desintegrar las monarquías y estos arribistas que lo único que saben es lamer las huellas del poder. Pronto estarán siendo bendecidos por la mano impura del Papa. Tal vez así, con la venia de la Trinidad hecha carne en el fraile germánico, logren sobrevivir un tiempito más.
Evo, con lágrimas en los ojos, como bien corresponde a un mendigo, se hizo perdonar la deuda que Bolivia tiene con España. Tendrá dolor de rodillas de tanto arrastrarse. Un país que se precia no anda limosneando por ahí. Y menos alguien cuya retórica es supuestamente incendiaria. Tal vez el monarca le habrá regalado una librea para que no olvide su condición de indio lacayo, porque eso fue a representar Morales en Madrid. Y eso no me representa a mí como boliviano, porque jamás doblaré el cuerpo ante ningún Borbón ni cualquier otro hideputa rey. Lo servil para los serviles...
¿Y Hugo? Feliz con su camiseta, regalo de don Juan Carlos, y el rezo "¿Por qué no te callas?" que refresca al zambo su lugar frente al patrón. De qué sirven misiles, wiphalas, y demás vainas si no hay dignidad en los líderes de hoy, si ante cualquier gesto cortés del Primer Mundo, se deshacen en puterías.
Se va a tardar en recuperar el tiempo que estos dos han demorado el progreso. Ojalá que el último chillido histérico de Chávez no sea un intento de guerra, porque lo barrerán de la historia. Y si sucede, Morales retornará a su chaco, que, según dicen en el área, jamás trabajó por ser muy flojo...
14/9/09

Publicado en Opinión (Cochabamba), septiembre 2009

Imagen: El mundo al revés

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