Tuesday, August 17, 2010

El sol de América del Sur/MIRANDO DE ARRIBA


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Juan Manuel Santos, presidente electo de Colombia, es mal bicho. Tras suyo se levanta un aura oscura que habla de crímenes militares y paramilitares, de la sucia historia de una guerra brutal.

Este Santos, entrando en el campo de las hipótesis, ha dado un golpe maestro apenas comenzado su régimen. El mundo contemplaba azorado como un supuesto "hombre fuerte" parecía recular y revolcarse amistosamente con el benemérito bufón de América: Hugo Chávez, también de sombrío halo.

Los más de los analistas, politólogos y cabareteros no salen del estupor y no alcanzan a imaginar el laberinto mental que determinó los asuntos. Discrepo con ellos y recuerdo los manejos de la Ojrana -policía secreta del zar- que no dubitaba incluso en asesinar príncipes para preservar el status quo. En el caso de Santos es otra suerte de preservación. Tiene dos enemigos: la guerrilla (FARC sobre todo) y el presidente de Venezuela. ¿Cómo eliminar dos pájaros de un tiro (pajarraco uno)? Apeló al espíritu tonto de milico de "Mauricio" y a su prurito de cantor de boleros. Ejercitó trucos en los que el coronel cayó redondo para hacerlo visitar Santa Marta, en Colombia, hecho bandera y poeta, recitando a Simón Bolívar y farfullando acerca de los inmortales personajes del Gabo. Luego se despidió, saludos, sonrisas, condescendiendo, dejando en olvido a Maradona como solitario payaso.

Sucede que un día después, o dos, explota un coche bomba en Bogotá a las cinco de la mañana y sin muertos, atentado calculado a la manera de aquellos "zaristas". Que haya detenidos no importa; cualquier organización se puede infiltrar y empujar a algo semejante. Un autoatentado permitiría a Santos cerrar el diálogo con la insurgencia, dar motivo y justificación de defensa y, tapar la boca del cuartelero al lado que ya danzó como oso de feria en las tierras donde murió el Libertador.

Chávez condenó el hecho ¿Qué le quedaba? Y ahora a espectar. Y a espectar a sus secuaces del sur, decorados de falso indianismo, siguiendo a pies juntillas lo que determine la Suprema ñusta.

Juegos insanos de las derechas, la de la izquierda y la opuesta, ávidas de poder y lucro, aprovechándose aquí de un pueblo cretinizado con alcohol y coca, dorados de retórica sus desmanes, reemplazando "cabezas" a medida que caen corruptos, borrachos, maleantes, sus estrellas: Torrico, Surco, Patzi, Mamani, Santos Ramírez... y los que faltan.
15/8/10

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Publicado en Opinión (Cochabamba), 17/8/10

Imagen: Pintura de Otto Aguilar, del blog DEMIURGO INSOMNE

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